Vitoria - Si el proyecto que Eurocybcar está desarrollando en el Parque Tecnológico de Álava sigue adelante con unas expectativas industriales de notable calado se debe fundamentalmente al empeño del Basque Cibersecurity Centre (BCSC) y, especialmente, a su máximo responsable, Javier Diéguez, enamorado de esta propuesta tan disruptiva desde que conoció en profundidad todos sus detalles y avistó en el horizonte el enorme foco de oportunidades que ofrece una tecnología tan necesaria para un sector tan estratégico como el de la automoción. Desde entonces, el devenir de Eurocybcar y el Centro Vasco de Ciberseguridad -separados por apenas un par de centenares de metros en el Parque Tecnológico de Álava- han transitado por caminos paralelos. Su crecimiento ha sido similar, al igual que su discreción a la hora de dar a conocer los objetivos que ambos han ido consiguiendo, siempre conscientes de que un concepto tan novedoso y casi futurista como el de ciberseguridad exigía, y exige, estar pegado a otro tan clásico como el de la confianza. Quizá por eso aquel apretón de manos que Javier Diéguez y Azuzena Hernández se dieron al calor de la presentación de este proyecto en el Euskalduna sigue más vivo que nunca al constatar que la palabra de un vasco es sagrada. “Al conocer nuestra propuesta, Javier me dijo que en Euskadi los proyectos no se proponían sino que se hacían, y aquello me impacto”, recuerda Hernández.
Al margen del BCSC, el desarrollo de Eurocybcar cuenta también con el respaldo de organismos e instituciones como la ENISA, INCIBE o los ministerios de Ciencia, Innovación y Universidades, y el de Economía y Empresas, al margen de contar con una gran acogida dentro del programa H2020 Transporte por parte de países como Alemania, Francia o Israel. Lejos de lo que podría pensarse, la CEO de esta pyme insiste en que su test para validar el nivel de los fabricantes en cuanto a la ciberseguridad no pretende menoscabar ni su imagen ni sus activos propios, más al contrario. Entiende que su desarrollo es compatible con las grandes firmas, que de aliarse y comprometerse con la ciberseguridad convertirían este gap actual en una oportunidad de liderazgo y confianza “tremendas” desde el plano del consumidor. - A. Goñi