Vitoria - Dos pesos pesados de la división de negocio de Mercedes-Benz Vans pusieron fin ayer a una visita de dos días en la factoría alavesa donde conocieron a pie de obra el funcionamiento pormenorizado de las diferentes líneas de montajes de la planta de Ali Gobeo, una de las joyas internacionales del grupo. Acompañados por su director general, Emilio Titos, y el máximo responsable de Recursos Humanos de la compañía, Rodrigo Navarro, el director de Mercedes-Benz Vans, Marcus Breitschwerdt, y el Dr. Ingo Ettischer, jefe de Operaciones de la misma división, revisaron con todo lujo de detalles el funcionamiento diario que permite a Vitoria ensamblar sus diferentes modelos, referentes dentro de todo el Grupo.
La visita de los dos popes alemanes, que ya estaba prevista con antelación, se produce en un contexto de no pocas dificultades no ya solo para la propia planta alavesa sino para la del resto de fábricas hermanas que la compañía alemana tiene repartidas por todo el mundo (Alemania, España, Estados Unidos, Argentina, China y Rusia). Centros sumidos desde hace meses en un escenario de incertidumbre marcado por la reiterada caída de las ventas y la guerra desatada contra el mercado del diésel. El 85% de las unidades que cada día se ensamblan en Ali Gobeo, sin ir más lejos, están provistas de un motor gasóil, lo que da una idea de las consecuencias que viene sufriendo desde hace aproximadamente un año, cuando la hoy ministra de Transición Ecológica en funciones, Teresa Ribera, sentenció al diésel con unas declaraciones tan incendiarias como cargadas de irresponsabilidad. “Tiene los días contados”, señaló con autoridad.
A raíz de aquel desafortunado incidente y de otros factores especialmente beligerantes con este tipo de combustible, la planta alavesa de Mercedes se ha visto obligada a revisar varias veces su programa de producción previsto para este año -ha pasado de 152.000 unidades a, de momento, 148.000-, frenar la contratación de nuevos trabajadores y alterar con demasiada frecuencia el calendario laboral de la plantilla. El último cambio, sin ir más lejos, se produjo a comienzos de esta semana, cuando la dirección decidió desactivar dos jornadas -los sábados 13 y 20 de julio- precisamente por falta de carga de trabajo.
producción a la baja En este contexto de tensión e incertidumbre y ante la falta de noticias diáfanas respecto al futuro de la fábrica y sus trabajadores, el comité de empresa logró arrancar ayer unos minutos a los dos representantes alemanes de visita en Vitoria para improvisar una reunión en la que, lejos de obtener respuestas certeras, obtuvieron un mensaje meridianamente claro. Alemania reconoce la “coyuntura complicada” en la que se mueven en estos momentos sus diferentes fábricas y, en consecuencia, actuará para tratar de voltear la situación. Según trasladaron ayer Breitschwerdt y Ettischer, será la semana que viene cuando se valore qué repercusión va a tener la actual situación que han provocado el tema del asunto del diésel o el de los motores de Renault en los programas de los diferentes modelos, incluido el que se viene desarrollando con éxito en la planta de Vitoria desde hace años. A pesar de lanzar un mensaje de tranquilidad a los representantes de la plantilla, la necesidad de realizar ajustes en esta división es una realidad cuyas consecuencias en la planta de Ali Gobeo se conocerán el próximo 29 de julio.
reunión decisiva el 29 de julio Ese lunes, el comité de empresa será llamado a capítulo para conocer el alcance de las medidas decididas en Stuttgart, entre ellas el alcance definitivo del nuevo programa de producción previsto para este año en Vitoria, que se prevé que sufra una rebaja sustancial que podría dejar la estimación entre las 135.000 y las 140.000 unidades, guarismos bastante alejados de las 152.000 furgonetas con las que Mercedes arrancó el comienzo del año. Sea como fuere, el impacto de las decisiones no será efectivo hasta el regreso de las vacaciones en septiembre. A través de un comunicado, ELA volvió a criticar la ausencia de información entre la empresa y la parte social, “que no hace sino multiplicar la incertidumbre de la plantilla”, y solicitó la celebración de reuniones informativas con más frecuencia, una petición que fue bien vista por los directivos alemanes. “Esperemos que la Dirección de nuestra fábrica también actúe en esta línea”.