Vitoria - La planta alavesa de Mercedes Benz volverá a parar su producción en los próximos días como consecuencia del anormal comportamiento que sigue teniendo el mercado y las consecuencias que aún colean de la llamada guerra al diésel, que desde que adquirió rango público en boca de la ministra del ramo hace ocho meses no ha dejado de generar problemas en el sector del automóvil. Según ha podido saber este periódico, los próximos 15, 16 y 17 de abril, jornadas previas a la Semana Santa, no han sido activados por la dirección de la compañía, que tenía la facultad para haberlo hecho si la producción lo hubiese exigido. Como quiera que los ritmos de ventas continúan sin ser los esperados, la planta parará desde el viernes previo, 12 de abril, hasta el lunes 22, con lo que la factoría dejará de ensamblar aproximadamente unas 2.100 unidades. Una caída notable que según la versión de algunos sindicatos, además de acumular ya casi veinte jornadas de no producción desde el pasado mes de octubre hasta hoy, podría poner en peligro el actual programa de producción previsto para este año, cifrado en 152.000 furgonetas.
Para otra parte de la representación sindical, sin embargo, el motivo no debería generar “ninguna alarma” habida cuenta de que dichos días no afectarán ni al bolsín ni a los días de vacaciones de cada empleado. Es más, el parón de la producción será aprovechado por parte de la empresa para adecuar dos pequeñas líneas en la sección de montaje bruto destinadas a ensamblar las baterías de los futuros vehículos eléctricos que la planta de Ali Gobeo va a comenzar a ensamblar en breve. En este sentido, está previsto que entre 40 y 50 operarios acudan los días 18, 19 y 20 de abril (jueves, viernes y Sábado Santo) a poner a punto y testar estas nuevas líneas de montaje para que al regreso del resto de compañeros el martes 23, todo esté en orden.
el día 25, asamblea en el buesa Por otra parte, y al margen de cuestiones vinculadas a la producción, el comité de empresa de la compañía recordó ayer la celebración el próximo 25 de abril de una asamblea general en el pabellón Fernando Buesa Arena para valorar la situación generada entre la dirección y la plantilla a consecuencia de los tres trabajadores despedidos el pasado 19 de febrero y tomar nuevas medidas que bien podrían afectar a la producción de la cadena en el caso de que la empresa no reconsidere su postura y los trabajadores asuman finalmente medidas de presión de este estilo. El comité ha fijado dos turnos (mañana y tarde) para facilitar la participación de todos los trabajadores.
Precisamente al hilo del empleo, el secretario general de UGT-Euskadi, Raúl Arza, se refirió ayer al “compromiso” existente entre este gigante industrial -genera el 4,9% del PIB vasco y tiene una plantilla de 5.000 personas- y su comité de empresa para buscar salidas consensuadas a esos periodos de incertidumbre como los actuales. “El objetivo de todos tiene que ser mantener el mayor número de puestos de trabajo posibles y en un futuro próximo recuperar el número de trabajadores que había en activo en la empresa”, valoró Arza en los micrófonos de Radio Vitoria, donde también censuró la política anunciada el pasado sábado por el nuevo secretario general de ELA, Mitxel Lakun-tza, de ponderar la huelga como punto de partida para cualquier militante de base. “La huelga es una herramienta, no puede ser un fin en sí mismo”, denunció Arza. “ELA está utilizando la huelga para crecer como sindicato y restar el papel del resto de centrales en muchas empresas, por eso desde UGT no entendemos que esa utilización de la huelga se lleve a cabo con el único fin de mejorar la afiliación”, zanjó el líder sindical.