Vitoria - Superados en un principio los durísimos ejercicios 2015 y 2016 donde el desplome del sector tras la caída del petróleo sufrió unas cifras alarmantes que pusieron en jaque a las principales compañías, el tubo vasco vuelve a coger aire para registrar comportamientos similares a los que precedieron a esos dos años y encarar el futuro con relativa moderación y optimismo. Con Tubacex y Tubos Reunidos, los dos grandes players en Euskadi, en un contexto industrial alza, el resto de firmas dependientes del mismo sector mantienen la misma tónica positiva.

Aratubo, con sede en el polígono industrial de Jundiz y perteneciente al Grupo Arania, es en este sentido uno de los ejemplos más claros al continuar inmerso en un ambicioso plan de inversiones para adecuar sus instalaciones a la demanda de la producción. Así, según ha podido saber este diario, el hecho de que Aratubo haya aumentado su capacidad de producción en sus naves de Jundiz hasta más de 100.000 toneladas al año e incrementado el volumen de almacenaje hasta las 18.000 toneladas ha obligado a iniciar las obras de su nuevo pabellón para poder desarrollar la segunda línea de producción que ya puso en marcha en 2017. Un pabellón, por cierto, que en su día perteneció a Ros Casares, una de las principales referencias estatales en el campo del acero que en su etapa industrial en el Territorio terminó por convertirse en uno de los mayores morosos de la Hacienda alavesa. Sea como fuere, la necesidad de crecimiento de la tubera local es un claro síntoma de la buena salud que presenta esta firma alavesa fundada en 1997 y que, como se comentaba, ha propiciado el inicio hace ya un par de semanas de las obras en su nuevo pabellón, que está ubicado justo enfrente de las dos naves que ya tiene en la calle Mendigorritxu.

Aratubo es una compañía con una clara vocación exportadora, pues el 90% de su producción actual está destinada a los mercados internacionales de Europa y norte de África, principalmente. Según se desprende de su información corporativa, la empresa está presente en más de 20 países como fabricante europeo de tubos de acero de precisión. ¿Cuántos? El equivalente a unir toda la producción tubera a lo largo de 2018, que daría para completar hasta dos vueltas al mundo.

dependencia de la automoción Su nueva política expansiva, sin embargo, no es nueva. A finales de 2017 ya acometió una primera ampliación de sus instalaciones al asumir la gestión de una nueva nave de 14.000 m² en el mismo emplazamiento de Jundiz que se sumó a los 28.000 m² que ya disponía antes. En consecuencia, las nuevas instalaciones albergaron una línea de fabricación y una línea adicional para la manipulación del tubo. Dicha inversión, señaló entonces la compañía, reafirmó su compromiso en la mejora y calidad con sus clientes, “respondiendo a la voluntad de seguir siendo un referente en el sector y cubrir las necesidades más exigentes del mercado”. Desde entonces, Aratubo ha dado un importante salto en su gama de tubo de acero de precisión ampliándola hasta 88.9 de diámetro y 5 mm de espesor. Con la nueva nave que ahora se está acondicionando serán 70.000 los metros cuadrados disponibles para dar salida a la manufactura tubera. Un escenario de crecimiento sostenido que llevará a los rectores de esta firma a plantear el presente curso como un ejercicio de transición en el que, eso sí, volverá a tener una importancia capital el sector de la automoción. Y es que aproximadamente un 27% del total de su producción tiene como destino a clientes de primer nivel (Tiers 1 y 2) de este mismo sector, lo que da una idea de la apuesta continuada que desde hace años viene desarrollando la compañía tubera.

perteneciente a grupo ania Aratubo forma parte del Grupo Ania, una referencia europea en todas sus actividades industriales y uno de los principales proveedores del sector auxiliar de automoción con actividad multisectorial en torno a la transformación del acero desde 1940. Con presencia comercial en más de 65 países y ratios de exportación del 80%, el grupo con sede en Amorebieta presenta una capacidad de 404.000 toneladas anuales de acero procesado y da empleo a casi 900 personas.