BILBAO - El presidente de Bankia, José Ignacio Goirigolzarri, afirmó ayer que el escándalo por las supuestas escuchas ordenadas por el BBVA, denominado caso BBVA-Villarejo, es “una enorme sorpresa” tanto para él como para el consejero delegado del banco nacionalizado, José Sevilla, y que nunca sospechó que nadie le estuviera grabando mientras trabajaba en BBVA.
Así lo señaló durante la presentación anual de resultados de la entidad financiera madrileña el que fue número dos de Francisco González y trabajó más de 30 años en BBVA. Goirigolzarri destacó el “extraordinario cariño” que le tiene al banco azul y mostró su deseo de ser “muy prudente” en sus declaraciones. “Solo quiero lo mejor para BBVA y el equipo de BBVA”, afirmó.
Bankia obtuvo un beneficio atribuido de 703 millones de euros en 2018, lo que supone un incremento del 39,2% respecto a 2017, tras la incorporación de BMN, según comunicaron los máximos responsables del banco participado por el Estado.
En términos ordinarios, el beneficio se situó en 788 millones, lo que supone un descenso del 3,4% respecto a los 816 millones ganados en el ejercicio anterior.
Esta diferencia se produce después de realizar una dotación extraordinaria de 85 millones de euros después de impuestos por la venta de una cartera de activos improductivos a Lone Star de un tamaño de 3.070 millones de euros en el momento del acuerdo. A cambio, esta operación permitirá ahorrar 200 millones de euros en los tres años posteriores a su cierre.
De esta forma, el beneficio de Bankia queda en 703 millones en 2018 si se resta la provisión extraordinaria por la venta de carteras (un 39,2% más que los 505 millones del año pasado, cuando se hizo un cargo de 312 millones para la fusión), pese a las pérdidas de 40 millones de euros que se anotó en el último trimestre del año.
El presidente de Bankia destacó que el año 2018 ha sido, desde el punto de vista estratégico, “muy importante” para la entidad porque ha integrado a BMN “en un tiempo récord y de forma magnífica”. - E.P.