madrid - El presidente de la Asociación Española de Asesores Fiscales (Aedaf), José Ignacio Alemany Bellido, aseguró ayer que el impuesto al diésel no es el método “más adecuado” para reducir el consumo de este carburante. “Las medidas para reducir la contaminación no van por ahí”, sentenció.
Así lo expresó, en declaraciones a los medios, en la inauguración del curso de verano de la Aedaf, que este año, por primera vez, se ha celebrado en Santiago de Compostela. En este contexto, Alemany explicó que el impuesto al diésel anunciado esta semana por el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, responde a una actuación recaudatoria, pero también medioambiental, es decir, la intención de gravarlo para que se reduzcan las emisiones. “Pensamos que los impuestos no están para eso”, añadió.
pérdida de empleos No fue la única la única opinión contraria que cosecharon ayer los planes del Ejecutivo de Pedro Sánchez. Comisiones Obreras alertó de que la política “antidiésel” que está llevando a cabo el Gobierno motivará una pérdida de puestos de trabajo y también del tejido industrial en España.
Así se recoge en el informe sobre las perspectivas del sector del automóvil, elaborado por el sindicato, que pone de manifiesto que con la posición del Gobierno en lo referente al diésel “será difícil” generar un marco favorable que expanda el sector de forma sólida, que favorezca la inversión en nuevas tecnologías y que avance hacia modelos más sostenibles y eficientes.
En este sentido, Comisiones apuesta por un proyecto de descarbonización “serio” que afronte el cambio climático y sus efectos en la salud de las personas y resaltó que el primer objetivo del Gobierno tendría que ser “buscar fórmulas para eliminar la enorme antigüedad del parque automovilístico”.
Lo cierto es que la guerra al diésel no está solo en la agenda del Ejecutivo español y prácticamente toda Europa se mueve en esos parámetros. La prueba más evidente es que las matriculaciones de automóviles diésel en el conjunto de Europa cerraron la primera mitad del año con un retroceso del 16,4%, un comportamiento muy diferente al experimentado por las entregas de modelos de gasolina, que registraron una progresión del 16,9%, según datos de la Asociación de Constructores Europeos de Automóviles (ACEA).
En el conjunto de Europa, las matriculaciones de coches diésel alcanzaron un volumen de 3,17 millones de unidades en los seis primeros meses del año, mientras que los vehículos de gasolina avanzaron hasta las 4,82 millones de unidades. - DNA