BILBAO. El Departamento de Trabajo, que dirige María Jesús San José (PSE), ha enviado un borrador a los sindicatos y a la patronal del decreto con el que pretende revitalizar la mesa de diálogo social. Este organismo tripartito está actualmente parado, ya que ELA y LAB apenas han participado en la misma a lo largo de los años y CCOO y UGT la abandonaron tras un acuerdo unilateral por el empleo entre el Gobierno vasco y la patronal vasca Confebask.

Las partes tienen hasta este viernes 7 de septiembre para presentar sus alegaciones, y hoy el secretario general, Adolfo Muñoz "Txiki", ha explicado las de ELA.

La principal objeción de ELA se refiere al modo de adoptar los acuerdos en la Mesa: el artículo 10 del proyecto estipula que con carácter general los acuerdos de la Mesa se adoptarán por unanimidad de las partes que la integran.

Pero, matiza el decreto, "excepcionalmente podrán adoptarse acuerdos de la Mesa con el voto favorable de al menos una de las organizaciones pertenecientes al grupo sindical, por una parte, y al empresarial, por otra, siempre que el acuerdo reciba también el apoyo unánime de los representantes del Gobierno”.

Esta es el principal punto de discordia para ELA, ya que "en la práctica, supone que basta un solo sindicato para que la patronal y el gobierno puedan adoptar cualquier acuerdo". El decreto, subraya ELA, no dice cuándo se podrán "excepcionalmente" alcanzar acuerdos con solo un sindicato, una indefinición "para que sean la patronal y el gobierno quienes decidan cuándo se aplica esaexcepción".

Con ello, el decreto "desprecia al sindicalismo vasco", y busca "un pucherazo", según la expresión usada por Muñoz, para saltarse el resultado de las elecciones sindicales, ya que ELA tiene el 40 por ciento de la representación sindical vasca.

El sindicato plantea otras reticencias al proyecto, ya desde su introducción: así, el gobierno califica como principal objetivo del diálogo social buscar el consenso, algo que para ELA lo que persigue es que el sindicalismo abandone la reivindicación.

Respecto a la funciones de la Mesa de diálogo, ELA critica que queden al margen la política fiscal y la presupuestaria.

Tampoco concreta el decreto el número de representantes que compone la mesa, lo que para ELA muestra la "nula voluntad del Gobierno para que se respete la representación que tiene cada sindicato, ya que no se establece proporcionalidad en función de la representación electoral".

Aunque el decreto lo ha redactado un departamento del PSE-EE, ELA ha responsabilizado al lehendakari, Iñigo Urkullu, de esta propuesta "profundamente antidemocrática. Supone un paso más para tratar de restar efecto a los resultados democráticos de las elecciones sindicales, marginando al sindicalismo reivindicativo".

Muñoz le ha recordado a Urkullu que para aprobar sus presupuestos necesita mayoría absoluta, mientras plantea que en la mesa de diálogo social se alcancen acuerdos con un solo sindicato.

Por último, Muñoz ha señalado que la "retórica" del acuerdo entre PNV y EH Bildu respecto a las bases para un nuevo estatus "no nos parece compatible con esta práctica antisindical, que pretende neutralizar la reivindicación sindical y social". Por todo ello, ha pedido a los partidos políticos que frenen la elaboración de este decreto.