Europa entera (en realidad, casi toda, la que engloba la Unión Europea) está invitada a un evento el próximo mes de octubre. El día 12 de ese mes entrará en vigor una nueva normativa por la que se rebautizarán todos los carburantes que se ofertan en las estaciones de servicios. Se trata de la aplicación de la Directiva 2014/94/UE que busca informar de un modo más completo y riguroso a los consumidores sobre los carburantes que suministran a sus vehículos. Para esa fecha todas las estaciones de servicio tendrán que adecuar sus instalaciones con los correspondientes pictogramas y denominaciones.
Desde la Unión Europea (UE) se imponen diez etiquetas diferentes para otros tantos combustibles, independientemente de que sean derivados del petróleo, como la gasolina, el gasóleo y el gas licuado del petróleo, o que sean biocombustibles, gas natural comprimido, hidrógeno o cualquiera de sus mezclas. Estos nuevos iconos deberán aparecer de manera visible en sus correspondientes surtidores. Paralelamente, para evitar confusiones, todos los vehículos que se comercialicen a partir del 12 de octubre también tendrán que tener distintivos con estos iconos en el tapón de llenado o en la tapa del depósito de combustible. Además, las nuevas nomenclaturas tendrán que aparecer también en los manuales de usuario del vehículo, tanto en sus versiones en papel como en la electrónica.
Mikel Iribarren es el presidente de Estaserbi, la asociación de estaciones de servicio de Bizkaia. A falta de menos de mes y medio para que entre en vigor la nueva normativa, analiza qué supondrá esta novedad para los usuarios y para los propios gestores de las gasolineras. “No va a ser diferente a lo anterior”, tranquiliza, “va a seguir existiendo lo de ahora. Existirá la pegatina de diésel, por ejemplo, cumplimentada por la nueva nomenclatura que exige la UE”. En realidad, Iribarren aclara que estas nuevas nomenclaturas no llegan para sustituir a las ya existentes, sino que son “un añadido o unas especificaciones del producto”. “Podemos decir que el pan es pan o harina, agua y sal”, aclara el presidente de Estaserbi, “y ahora decimos que el diesel es diesel, pero además esta nomenclatura te dice que es este tipo concreto de diesel”.
A la hora de repostar su coche el consumidor va a notar que en las gasolineras recibe más información: “Va a ver que está la nomenclatura comercial que tenga cada marca y encontrará otra serie de indicativos sobre los ingredientes de ese producto”.
Al conocerse que la iniciativa europea salía adelante entre los consumidores se creó un desconcierto. Algunos creían que no podrían seguir repostando sus coches diésel de más de diez años, por ejemplo. “Nada de eso”, confirma Mikel Iribarren, “los combustibles van a ser los mismos y no va a importar el año del que sea cada coche”. A pesar de todas las novedades, los gestores de las estaciones de servicio no esperan que a partir del 12 de octubre se sucedan muchos incidentes o confusiones: “Igual a algún consumidor sí le asaltan las dudas, pero pueden estar tranquilos porque el producto va a seguir siendo el mismo, solo que ahora se va a ofrecer más información sobre qué contiene ese producto”. Iribarren resalta que los consumidores “solo tienen que estar pendientes de repostar diésel si su coche es diésel y gasolina si su coche es de gasolina, como toda la vida”. “Por las etiquetas que nadie se preocupe”, sentencia, “les sirven, por ejemplo, para saber qué cantidad de biodiésel lleva el producto que están repostando”.
¿Pero por qué la UE se saca de la manga ahora estas nuevas nomenclaturas? “Se ha visto que en las gasolineras cada vez ofertamos más productos”, explica Mikel Iribarren, “antes había diésel y gasolina. Pero ahora casi todas las marcas tenemos dos tipos de diésel, el diésel normal y el diésel mejorado. Existen las dos gasolinas, la 95 y la 98, y también están irrumpiendo nuevos carburantes, como son los gases licuados. Para que el consumidor tenga toda la información de lo que se puede encontrar en una gasolinera desde la UE se decide realizar estas nuevas nomenclaturas que, como digo, más que nomenclaturas son complementos de los nombres que ya existen a día de hoy”.
sin coste para el empresario En la otra cara de la moneda, la implantación de la nueva normativa no parece que suponga muchos quebraderos de cabeza ni de bolsillo para los empresarios de las gasolineras. “Para nosotros no supone un gasto”, confirma Iribarren, “a los que tenemos contratos con una petrolera, la misma petrolera nos suministra los nuevos adhesivos. Y el que es independiente tendrá que hacer unos adhesivos o distintivos. No tiene una inversión económica importante. No tiene ningún misterio”.
Para que todo sea más sencillo, lo previsto es que en las gasolineras europeas coexistan las dos nomenclaturas de los carburantes, las ya existentes hasta la fecha y las que ahora propone la Directiva 2014/94/UE. Lo que todavía no está muy claro es si esa coexistencia será algo temporal o si en un futuro se obligue a que sea un reemplazo. “La idea es que coexistan siempre”, relata el presidente de las gasolineras vizcaínas, “no sabemos si en el futuro la UE optará por eliminar los nombres tradicionales de gasolina y diésel y que sean las nomenclaturas nuevas las que perduren”. De hecho, tal y como recuerda el propio Mikel Iribarren, en los surtidores que pueden utilizar los consumidores, ahora se deberán presentar tres pegatinas diferentes: “la tradicional sobre el tipo de carburante, diésel por ejemplo, la nueva que obliga la UE con su directiva y otra que demuestra que el aparato ha pasado las revisiones periódicas y está auditado por Industria”.
Ante esta novedad, el consumidor no debe temer confundirse en las gasolineras, puesto que quien utilizaba hasta ahora gasolina 95 o gasóleo A, los seguirá encontrando sus surtidores al igual que hasta ahora. Habrá quién titubee a la hora de repostar, pero para minimizar esos momentos de duda, si existen, se espera que en muchas gasolineras se coloquen guías informativas a la vista que indiquen pequeños trucos para disolver dichas dudas. Como siempre, el único riesgo es repostar con gasolina un coche diésel o viceversa, pero será, como hasta ahora, un imprevisto que ocurra en porcentajes mínimos.