Pamplona - Univers Paloseco, la empresa que gestiona las tiendas, la venta y la producción de Kukuxumusu, ha entrado en un concurso de acreedores y en un proceso de liquidación bajo administración judicial.

La causa de esta situación que ha llevado a la empresa a prescindir de casi toda la plantilla y a cerrar su tienda de Donostia y la de Estafeta en Iruñea (sigue abierta la de Mercaderes hasta septiembre para dar salida al género) es una deuda que la Hacienda Foral reclama de entre los años 2001 y 2004 -por una actualización realizada en 2007 del montante que Kukuxumusu (en su etapa anterior) debiera haber abonado en aquellos ejercicios- y que, según Hacienda, no ha prescrito y habría ido arrastrándose.

La notificación llegó hace cinco meses. Esto, unido a los intereses y a una sanción por retrasos, ha generado una deuda que ronda el millón de euros, que Hacienda además deriva a la distribuidora que ha dado continuidad a esta parte de la actividad de Kukuxumusu, pese al cambio en los socios y accionariado tras la salida del sector de Mikel Urmeneta, que dejó a Ricardo Bermejo como socio mayoritario.

la plantilla Los trabajadores han cobrado sus nóminas y están pendientes ahora de las indemnizaciones. Tendrán que acudir al Fogasa. Hace un mes salieron 20 empleados, el día 31 de julio fue la última jornada para otros 5 y quedan 3 que están gestionando la parte financiera y legal de este proceso de extinción activado por la propia empresa para reunir los fondos suficientes para hacer frente a los compromisos con los acreedores. Estos son los efectos internos y económicos de este complejo colofón a una larga historia que tiene un futuro difícil, debido a esta interpretación judicial y administrativa de la continuidad de firmas.

La compleja situación no afecta a Kukuxumusu ideas, la compañía que maneja la explotación de las ilustraciones y dibujos y los usos de la popular iconografía de la firma (objeto de otro conflicto judicial en su día) no está afectada por este auto, pero es una entidad del ámbito de la propiedad intelectual. - T. Iribarren