BILBAO - La economía española levantó el pie del acelerador en el segundo trimestre y registró un crecimiento inferior al 3% por primera vez en tres años. La velocidad de crucero de la recuperación se ralentiza y aunque el PIB estatal sigue mostrando un gran dinamismo, con un repunte del 2,7% interanual entre abril y junio, se adentra en un nuevo escenario menos dinámico.
En concreto, España creció el 0,6% en el periodo abril-junio, una décima menos que en los tres trimestres precedentes, y tres décimas menos en terminos anuales respecto al arranque del año.
El menor dinamismo del consumo de las familias está detrás del último dato de contabilidad nacional y de cara a los próximos meses los empresarios advierten de que las exportaciones pueden verse afectadas por la incertidumbre generada por las tensiones comerciales que genera la política proteccionista del controvertido Donald Trump.
En el lado positivo, la patronal española considera que medidas como la subida de las pensiones, la subida de los sueldos de los funcionarios y el acuerdo marco firmado con los sindicatos como referencia para negociar los salarios de los trabajadores pueden dinamizar el consumo los próximos meses. Hay cierto optimismo y de hecho la inversión empresarial sigue creciendo a buen ritmo, con la excepción de la destinada a construcción. Pero lo cierto es que la economía pierde fuelle y, aunque la leve frenada no es ninguna sorpresa, llegan las primeras señales de cambio de ciclo y de alguna forma se alimentan los análisis que apuntan a que el escenario será muy diferente el año que viene a estas alturas.
Esas lecturas apuntan a que dentro de un año, con un crecimiento sensiblemente más bajo -la previsión para el conjunto de 2019 es 2,3%-, se sabrá si la economía español sigue teniendo capacidad para crear empleo al ritmo actual o si los ingresos fiscales son suficientes para mantener el gasto público. A la espera de que llegue ese momento, lo cierto es que hay que remontarse hasta finales de 2014 para encontrar un trimestre con un crecimiento inferior al del segundo cuarto de este año.
primeras señales de fatiga El parón es idéntico al de Euskadi, tres décimas. Sin embargo, en el caso del Estado se pierde bruscamente la referencia del 3%, mientras que en el caso de la CAV, con un crecimiento del 2,8%, el ritmo es similar al del inicio del año pasado. Se puede decir que la economía vasca ha mantenido una velocidad más constante durante la recuperación y que sigue en una senda más o menos parecida. Mientras que la española lanza ya señales de fatiga.
Según el avance del PIB publicado ayer por el Instituto Nacional de Estadística (INE), pese al menor consumo de las familas, el motor de la economía española es la demanda nacional, que aportó 2,9 puntos, ya que la exterior restó 0,2 puntos.
El Banco de España ya había advertido del riesgo de que el incremento del IPC, en contraste con el bajo ritmo de crecimiento de los sueldos, debilitara el consumo. De ahí que los empresarios estimen que el panorama puede cambiar los próximos meses con las expectativas que generan las subidas de las pensiones y el previsible aumento de los salarios.
Con todo, cuestiones incontrolables como la evolución del precio del petróleo -el principal culpable de la inflación- o las tensiones comerciales también marcarán el paso del resto del año.
En cuanto al mercado laboral, el empleo aumentó el 0,8% en tasa trimestral, tres décimas superior al alza del trimestre precedente, mientras que en tasa interanual moderó una décima su crecimiento, hasta el 2,5%, lo que supone un incremento neto de aproximadamente 448.000 puestos de trabajo equivalentes a tiempo completo en un año.
La evolución del empleo sólo fue mejor en el sector de la construcción respecto al trimestre precedente, en tanto que empeoró en la agricultura, la industria y los servicios, sobre todo, en las actividades financieras y de seguros.
2,7%
La economía española creció un 2,7% en el segundo trimestre de este año, tres décimas menos que en el primero y se baja por primera vez en tres años del 3% de crecimiento. Parón del consumo. El consumo de los hogares se modera cinco décimas (hasta el 0,2%), mientras que el consumo de las Administraciones se aceleró (dos décimas más hasta 0,7%). Por su parte, la inversión mejora 1,8 puntos (hasta el 2,6 %) empujada por la inversión empresarial, que pasó de caer el 1,6% a crecer el 5,5%. Las exportaciones disminuyen el 1%, frente al alza del 1,3% del trimestre precedente.