BILBAO - El sector de construcción naval en el conjunto del Estado español cerró un buen ejercicio 2017 ya que los diferentes astilleros privados lograron contratar 35 nuevos buques. La complicada situación del mayor astillero vasco, La Naval-CNN, de Sestao, no puede ocultar que, en líneas generales, el citado sector industrial evolucionó de forma positiva, según la asociación Pymar,

En concreto, según señalaron ayer durante la asamblea anual de Pymar, los referidos 35 nuevos contratos firmado por las empresas de construcción naval en 2017, entre las que están las vascas Zamakona, Balenciaga y Murueta, representaron un importe conjunto de 832 millones de euros.

La consejera delegada de Pymar, Almudena López del Pozo, recordó que este repunte de la contratación de nuevos buques por los astilleros privados del Estado español en 2017, supone un incremento de más del 80% respecto al ejercicio anterior.

Superada la crisis del tax lease, la industria naval del Estado se consolida, al igual que en Euskadi, como “generadora de riqueza, empleo y prestigio para el país, ya que conforma un sector estratégico clave en el actual proceso de fortalecimiento del sector industrial”.

Uno de los problemas de la industria naval en el Estado es que apenas existen grandes armadores locales y la mayoría de los barcos tiene como destino a clientes foráneos. De hecho, en el pasado 2017 cerca del 85% de la facturación del sector, en cuanto a buques entregados, tuvo como destino el mercado exterior.

Uno de los puntos a destacar en las cifras del sector en el último ejercicio es que el sector de construcción naval del Estado español fue el segundo de toda la Unión Europea en cuanto al número de buques contratados y el décimo del mundo- Ello, según los responsables de Pymas, sería un dato que confirmaría la elevada competitividad de los astilleros de la península ibérica.

La industria naval española, al igual que la vasca, se está especializando en nichos de mercado de productos de alto valor añadido, caso de pesqueros y buques oceanográficos, remolcadores y dragas, sectores en los que los astilleros del Estado están entre los tres primeros puestos del mundo. Ahora el reto es subirse a un sector en crecimiento en todo el mundo como el de los cruceros de pasajeros, muy especializados y a medida.