fráncfort - La Unión Europea y Estados Unidos mantienen su divergencia en política económica y monetaria mientras la Reserva Federal sube los tipos de interés hasta el 2%, el Banco Central Europeo mantiene el precio del dinero en cero. Eso sí, el BCE avisa que terminará la compra de activos con el cierre del presente 2018.
Esta última fue la principal novedad acordada por el Consejo de Gobierno del Banco Central Europeo en la reunión celebrada ayer en Riga, la capital de Letonia. El hecho de poner fin al término de 2018 a sus compras de activos es un paso hacia la normalización financiera tras la grave crisis económica de 2008.
A corto plazo, y aunque a la banca española no le emocione porque no le permite aumentar márgenes, el BCE decidió alejar la posibilidad de una subida del precio del dinero al apuntar que los tipos de interés se mantendrán al nivel actual “al menos hasta el verano de 2019”. Esta es una buena noticia para los ciudadanos de los países más endeudados de Europa, caso del Estado español, que no tendrán que afrontar el destinar más recursos al pago de los intereses de una deuda que no cesa de crecer como se ve por la persistencia del déficit público.
El presidente del banco europeo, Mario Draghi, destacó que la decisión del consejo del BCE había sido adoptada de manera “unánime”, y recordó que aunque se reduzca la compra de activos el programa “no desaparecerá” del todo ya que pasará a incorporarse como un instrumento más a las herramientas a disposición del Banco Central Europeo.
En todo caso, desde comienzos de año y hasta finales de septiembre tiene previsto comprar 30.000 millones de deuda pública y privada al mes bajo el QE con el que ha inyectado en la economía de la eurozona más de 2,5 billones de euros desde marzo de 2015. Eso sí, en el último trimestre las compras se reducirán a 15.000 millones mensuales.
Un elemento que ha incidido en la decisión de eliminar la compra activos que se inició en 2015 es que la inflación empieza a coger vuelo, de hecho en el Estado español ya ha alcanzado la cota totémica del 2%, eso sí muy influenciada por el repunte del petróleo, pero en el conjunto de Europa la temida deflación se aleja lo que permite al BCE vislumbrar un proceso de convergencia de la subida de precios hacia el objetivo de la entidad de que se situé en torno al 2%, no más, tasa que confía en que se mantenga incluso después de la citada retirada gradual de estímulos.
No obstante, a pesar de la caducidad anunciada para el programa de compras de deuda, Draghi señaló que el BCE sigue listo para ajustar todos sus instrumentos si fuera necesario. Asimismo, el presidente del BCE reiteró que mantendrá su política de reinvertir los vencimientos de los distintos programas de compras “durante un extenso periodo de tiempo” después del final del plan de compra.
Compra de deuda. El Banco Central Europeo mantendrá sus compras de deuda hasta diciembre de 2018 pero antes de eliminarlas en el año próximo las reducirá a la mitad, hasta 15.000 millones de euros mensuales.
“El BCE comparte la intención de evitar un endurecimiento no buscado de las condiciones financieras”, aseguró Draghi.
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El BCE mantendrá alejada la subida de los tipos de interés por lo menos hasta la segunda mitad de 2019, doce meses más.