La guerra comercial entre Estados Unidos y China tiene un nuevo capítulo que esta vez toca de refilón a Euskadi. En esta ocasión, el afectado es el sector tecnológico, en concreto el de telefonía e implica a la compañía china ZTE. Ayer, el Departamento de Comercio de Estados Unidos anunció la prohibición de las ventas de componentes tecnológicos a la empresa china de telefonía móvil y redes ZTE durante los próximos siete años.

Una vez más, las razones esgrimidas por la Administración Trump tiene relación con el concepto difuso de la seguridad nacional y los embargos comerciales con los países cuyas políticas no son gratas al Gobierno estadounidense de turno. En este caso, ZTE, según fuentes norteamericanas, no habría cumplido con los requisitos que se firmaron el año pasado Estados Unidos y China por los que, entre otros puntos, se prohibía la compra-venta de productos con Irán, con el fin de provocar un bloqueo comercial.

En marzo de 2017, la empresa china del sector de telecomunicaciones acordó pagar una multa de 1.192 millones de dólares al Gobierno de Estados Unidos por, siempre según la versión norteamericana, violar “los controles de exportaciones que mantienen tecnología sensible estadounidense fuera de las manos de regímenes hostiles como Irán”, informa Efe.

La administración Trump, por boca del secretario de Comercio, Wilbur Ross, no duda en acusar a los chinos de mentirosos para justificar la sanción: “ZTE mintió al Gobierno de Estados Unidos cuando fueron pillados, mintieron cuando se les dio una moratoria y mintieron una vez más cuando estaban en periodo de prueba”.

La prohibición a las empresas estadounidenses de suministrar componentes a ZTE durante siete años no es una cuestión menor hasta el punto que la cotización de la compañía fue suspendida en la bolsa de Hong Kong hasta que la compañía pudiese evaluar los efectos de la medida.

Según las estimaciones de las fuentes de Reuters, ZTE se encontrará con un problema importante puesto que entre el 25% y el 35% de los componentes para fabricar sus dispositivos de comunicación provienen de Estados Unidos.

Los problemas para ZTE en Estados Unidos sí pueden afectar a Euskadi pues la compañía china que tiene un 5,7% de la cuota de mercado en el sector de teléfonos móviles en el Estado, tras la firma del acuerdo con Euskaltel de 2014, de la que es socio tecnológico, instaló su sede del sur de Europa en Euskadi (Parque Tecnológico de Zamudio), desde donde da servicio a operadores de telecomunicaciones tanto del Estado como de Portugal y del resto de países del sur del continente.

El acuerdo firmado en noviembre de 2014 tiene una vigencia de 10 años y en su momento supuso la cesión de 133 trabajadores de Euskaltel a la empresa china, manteniendo sus condiciones laborales. Los directivos de Euskaltel justificaron el acuerdo con ZTE en base a que aportaría nueva tecnología y mayor capacidad en las redes a la empresa vasca. El convenio conllevó la creación de la sociedad Management Services Southern Europe, controlada por ZTE, con sede social y fiscal en Euskadi con lo que la filial de la compañía amenazada por Donald Trump tributa en territorio foral.