BILBAO - La reforma fiscal de Donald Trump en Estados Unidos, con una bajada notable de los impuestos, supuso un impacto neto positivo de 1.284 millones de euros en las cuentas de Iberdrola. Ello junto con los 250 millones de euros obtenidos en la fusión de Gamesa y Siemens Wind, junto con la buena marcha del negocio estadounidense de redes han permitido a la empresa presidida por Ignacio Galán el mal año en España por efecto de la sequía y cerrar 2017 con un beneficio de 2.804 millones de euros, el 3,7% más que el año anterior.

Pese a estos resultados positivos en un escenario como el del año 2017, “atípico y complejo”, y a la presentación de un plan estratégico para 2018-2022 que contempla aumentar el beneficio de los citados 2.800 millones a 3.500 millones de euros, las acciones de la compañía eléctrica con sede en Bilbao cayeron ayer en Bolsa el -4,1%, hasta los 5,89 euros por acción, liderando los descensos en el Ibex. En lo que va de año la cotización de Iberdrola acumula una depreciación del 6,7%.

El grupo eléctrico vasco consiguió aumentar sus ingresos un 8,7%, hasta los 31.263 millones de euros pero el resultado bruto de explotación (Ebitda) bajó el 7,8% y se situó en 7.318 millones de euros, según señalaron ayer los máximos responsables de Iberdrola en la presentación de los resultados en Londres.

Según los responsables de Iberdrola, el buen comportamiento del negocio de Redes, gracias a a la evolución en Estados Unidos y a Brasil, y de la generación contratada en México no compensó a nivel de Ebitda el efecto negativo de las condiciones meteorológicas, en especial en España, donde la sequía limitó la producción hidroeléctrica hasta el punto que en el total del grupo la generación hidroeléctrica se redujo más del 32% en 2017. Si a ello se le suma que la evolución del negocio liberalizado en el Reino Unido no fue la mejor porque “tuvimos problemas en los sistemas informáticos y aumento de morosidad, y no compramos las materias primas de forma satisfactoria. Más un estrechamiento puntual de los márgenes”, los resultados de la compañía fueron mejores de los esperado en un año muy inhabitual.

Con todo los accionistas de Iberdrola verán como el dividendo propuesto con cargo al ejercicio mejora un 3,2% hasta alcanzar los 0,32 euros brutos por acción.

Analizando los resultados de la compañía por áreas de negocio se constata que el Ebitda de Redes aumentó el 3,6%, hasta 4.228 millones, y el de Renovables el 6,1%, hasta 1.592 millones de euros.

En cambio, el área de Generación y clientes recortó su resultado bruto de explotación el 29%, hasta 1.601 millones de euros, debido a la ya citada escasa producción hidroeléctrica en España por efecto de la sequía, “así como a los menores márgenes y mayores gastos por obligaciones gubernamentales en Reino Unido”.

En conjunto, la producción neta de Iberdrola descendió el 3,4%, con caídas del 17,3% en España y del 11,7% en Reino Unido, e incrementos en Estados Unidos (1,2%), México (11,4 %) y Brasil (35,5%). Iberdrola invirtió 5.891 millones de euros el pasado año, el 38% más, principalmente en los negocios regulados y energías renovables.

El presidente de Iberdrola, Ignacio Galán, se opone a que el gasto de desmantelar las nucleares recarga en las compañías. “La ley es la ley y lo deja muy claro, es responsabilidad del Estado”.