bilbao - La secretaria general de CCOO-Euskadi, Loli García, compareció ayer para hacer una valoración de la situación de la negociación colectiva e hizo distintas apreciaciones sobre la posición que tienen al respecto las tres patronales de Confebask. Mientras valoró positivamente los acuerdos alcanzados con la alavesa SEA, situó en el extremo contrario a Adegi, a la que considera junto a ELA y LAB la máxima responsable del bloqueo de los convenios. En cuanto a la vizcaina Cebek, manifestó que es hora de que “la voluntad que muestra” a favor del marco laboral vasco se traslade a los “hechos”.
“Cebek tiene aun mucho que demostrar para convencernos de que apuesta por los convenios sectoriales”, señaló García en referencia a la organización empresarial de Bizkaia, un herrialde en el que la situación de la negociación colectiva es “algo mejor” que en Gipuzkoa. En ese sentido, hay algunas mesas importantes abiertas en el territorio vizcaino como es el caso del metal, de forma que es en Bizkaia donde se concentran las pocas esperanzas de que la situación dé un vuelco en Euskadi en los próximos años.
Como recordó García, es en Araba donde más convenios se renuevan, en parte debido a la situación de mayoría que tienen CCOO y UGT en muchos sectores. En Gipuzkoa, en cambio, las relaciones laborales están congeladas. “Adegi ha abandonado su papel de agente social. No tiene ningún interés en sacar adelante la negociación sectorial”, afirmó García. Se podría decir que en Bizkaia se vive una situación intermedia, de forma que lo que ocurra en las negociaciones que se han abierto en los últimos meses será fundamental para el devenir de la negociación colectiva vasca. García se mostró ayer poco optimista sobre un acuerdo de eficacia general en el metal vizcaino, si bien dejó la puerta abierta a una renovación en minoría junto a UGT. Además, en Bizkaia hay un preacuerdo con UGT y LAB en la limpieza y siguen vivas las negociaciones en el sector de oficinas y despachos.
“sindicalismo corporativo” Además, desde CCOO se acusó a ELA y LAB de llevar la negociación colectiva a las empresas, lo que conlleva una “inercia tendente a la corporativización”. “Con la apariencia de radicalidad, en el fondo lo que se está escondiendo son rasgos propios de un sindicalismo corporativo”, acusó García.
El sindicato vasco marca como líneas rojas en la negociación de 2018 mejorar la calidad del empleo y la recuperación de los salarios. En este terreno, pide tomar como referencia el IPC con una subida adicional del 1,5%, lo que daría un incremento del 3,1%. A ese porcentaje pide sumarle incrementos en función de la productividad hasta un total del 4,3%. - A. Legasa