madrid - Los precios de la energía eléctrica tienen una incidencia importante en los costes y, por lo tanto, en la competitividad de la industria. Especialmente en la del País Vasco que es intensiva en consumo energético. Si ya la industria española, según reconoce el propio Ministerio de Energía, soporta unos costes superiores a la media europea en casi un 20%, en el País Vasco hay un problema añadido que tiene que ver con el tipo de red de alta-media tensión, de más de 30 Kv, que se instaló en los primeros tiempos de la industrialización en el siglo pasado y que es una red diferente a la que existe en otros territorios del Estado como, por ejemplo, Catalunya, de 25 Kv. Al no existir una estandarización en la media tensión en el Estado y dado que el Gobierno segmenta las tarifas eléctricas en función de ciertos parámetros , la industria vasca, en general, paga más que otras que no tienen ese mismo tipo de conexión caso de las catalanas que han recurrido ante Bruselas, el recorte tarifario de las de más de 30 Kv.
En concreto, la industria vasca estima que abona un sobrecosto de 100 millones de euros en su tarifa eléctrica en comparación con otros territorios del Estado. Hace cinco años ya se palió parte de esa diferencia y este ejercicio se pretendía corregir el resto de la mano del pacto presupuestario PP-PNV.
El acuerdo supone suprimir la tarifa 6.1b, que es la que pagan las empresas para tensiones de entre 30 y 36 kV, y que pasarán de abonar 26,4 euros-Mwh a pagar 14,9 euros. Esta modificación beneficiaría a importantes empresas industriales de la CAV pero también de Nafarroa, Cantabria y Asturias, entre otros. - X.A.