BILBAO - Siemens Gamesa cerró ayer el plazo para que su plantilla en el Estado acceda a las prejubilaciones y bajas incentivadas pactadas con los sindicatos. A falta del recuento oficial, que podría hacerse público hoy, el plan voluntario de ajuste de plantilla ha contado con una gran aceptación entre los trabajadores del fabricante de aerogeneradores.

A la espera de datos definitivos, entre los sindicatos se ha extendido los últimos días la idea de que la puerta de salida que ha abierto la compañía se va a cerrar cerca del objetivo. Y, a tenor de las conversaciones informales mantenidas con la dirección mientras avanzaba el programa, se ha podido deducir que, si no se alcanza la cifra mágica planteada, la empresa no forzará más salidas, porque el número conseguido se ha acercado ya lo suficiente para no tener que revolver más las aguas.

Se planteaba un ajuste de plantilla de 272 personas en el Estado, 48 de ellas en la planta de Zamudio y 92 en los tres centros de trabajo de Nafarroa. Era una cifra que ya estaba limada, ya que al principio se puso sobre la mesa un recorte de plantilla de 408 personas, y que más tarde se aligeró más bajándola extraoficialmente hasta las 241 personas. Además se retiró el expediente de regulación de empleo y se accedió a aplicar el ajuste a través de bajas incentivadas y prejubilaciones.

flexibilización del objetivo Ese baile de números y el carácter voluntario final de la medida ha puesto en evidencia que la estrategia de Siemens Gamesa no estaba muy definida. La actuación en Euskadi formaba parte de un enfoque global, que pasaba por aligerar la plantilla en 6.000 personas en todo el mundo, y se ha visto que no estaba ni mucho menos afinada.

El último recuento extraoficial realizado a principios de esta semana por la plantilla se situó en torno a las 200 bajas voluntarias, incluidas las prejubilaciones. Una cantidad que el comité de empresa calcula que podría haberse elevado notablemente en el último empujón. En cualquier caso la sensación es que el listón de las 241 rescisiones de contrato ha dejado de ser una meta. ¿Qué ha ocurrido para que se flexibilice la posición de la compañía hasta ese punto?

Los motivos que han llevado a la empresa a ese viraje son todo un misterio. De puertas afuera se percibe que todo el plan de bajas fue la respuesta, seguramente precipitada, a varios meses de pérdidas en bolsa y a un error en el cálculo de las previsiones de beneficios que alimentó más la espiral negativa que se había generado en el parqué.

Todo ello coincidió con el análisis de duplicidades que se produce tras una fusión entre empresas, un proceso que siempre detecta excedentes de plantilla. El siguiente paso fue reducir costes considerados innecesarios y, al parecer, la cuenta en el Estado se realizó a vuelapluma.

Hoy se sabrá previsiblemente el reparto de las bajas voluntarias entre los diferentes centros de trabajo. Los últimos datos que manejan los sindicatos apuntan a un reparto interterritorial “proporcionado”. La empresa se ha dado un plazo de diez días para analizar el perfil y el número de los que han aceptado entrar en el programa y determinar si se ajusta a sus necesidades.

Bajas voluntarias. Tras retirar el expediente de regulación de empleo, Siemens Gamesa ofreció un programa de prejubilaciones a partir de los 55 años y un plan de bajas incentivadas con una indemnización de 45 días por año trabajado y un mínimo de 30.000 euros de indemnización.