Hacer autocrítica constructiva de tu existencia para variarla es un ejercicio difícil; hay que tener mucha fuerza, sobre todo, para salir de la zona de confort en la que estás instalado. Cuesta dejar atrás todo tu bagaje cultural/educacional, lo que ves en el entorno en el que te mueves. “La mayoría de las personas que intentan transformar su sueño en acción desisten cuando están a punto de conseguirlo, lo dejan por no saber que solo se necesita un método, solo un paso más, solo unas cajitas para abrir la puerta de la libertad”, sostiene el empresario Aritz Urresti, creador de la metodología de aprendizaje Las Cajitas, que ayuda al cerebro a priorizar las cosas importantes y echa por tierra la forma en que nos han enseñado a aprender.

Hace 10 años este ingeniero industrial de 43 años dio un vuelco radical a su vida al darse cuenta de que la mayoría del trabajo que realizaba -invertía 15 horas al día y era un directivo de éxito- no valía para nada y que lo único que estaba haciendo era deteriorar su salud y sacrificar su vida personal. Hijo de un empresario de la ingeniería naval, con grandes valores éticos y capacidad de trabajo, con poco más de 20 años se vio obligado a ver la vida desde el otro prisma cuando ésta le enseñó su cara más oscura. El fallecimiento prematuro de su padre -“que no supo entender la necesidad de priorizar la salud”-, así como la posterior muerte de su tía y un accidente de coche con graves secuelas le proporcionaron la valentía necesaria para replantearse todo lo aprendido hasta entonces y cambiarlo con el objetivo de que su vida fuera más productiva y coherente.

Convencido de que estaba reproduciendo el patrón que había aprendido de su padre, Urresti decidió romper la cadena; lo que percibía de lo que hacía con su vida, no le gustaba, “pero estaba programado para trabajar, trabajar y trabajar”, relata sonriente este emprendedor “proactivo” de Maruri, que enseña a las empresas, a directivos, trabajadores a optimizar la gestión de su tiempo laboral para mejorar los resultados profesionales.

Experto en programas de desarrollo personal y profesional, en la década que lleva poniendo en práctica su método Las Cajitas el empresario y gerente de varias organizaciones ha mejorado, como relata en su libro, la calidad de vida de más de 8.000 personas de muy diversos perfiles.

el eslabón perdido Urresti halló esa puerta, ese eslabón perdido de la cadena de la productividad, gracias a su conocimiento y amplia experiencia con miles de personas de distintos perfiles en los cursos de desarrollo personal y profesional que ha impartido hasta el momento. “La metodología de Las Cajitas -que he patentado- ayuda al cerebro a priorizar. Los alumnos que lo han probado lo consideran revolucionario porque los resultados que han obtenido son satisfactorios en más de un 95%”, dice por propia experiencia satisfecho por haber podido hacer realidad uno de sus sueños: beneficiar a cientos de personas, muchos de ellos emprendedores, directivos, empresarios de Pymes, de todo el Estado, y también a jóvenes y niños, gracias a su técnica.

“Ahora trabajo no solo con el empresariado, sino también con gente que está en el paro, con emprendedores, con chavales de 10 a 18 años” ¿Por qué? “Porque el problema radica en la base del sistema; por ello comencé a apoyar a adolescentes a cambiar su forma de estudiar y los resultados son muy buenos”, apunta.

Urresti acaba de presentar su libro Las cajitas del éxito. La metodología que ayuda a tu cerebro a priorizar donde describe su método patentado. (Editorial Círculo Rojo). Cada capítulo de la publicación cuenta con el testimonio de alumnos/as suyos que han conseguido mejorar su productividad y reconducir sus vidas gracias a Las Cajitas.

¿En qué consiste el método? “En enseñar al cerebro a priorizar; la mayoría de las personas lo hacemos mal todos los días. Desatendemos la salud, la familia y, sobre todo la parte no productiva en el trabajo; lo que hacen las Cajitas es dirigir el consciente para darle el mensaje correcto al subconsciente y que realmente las personas sitúen en primer lugar lo verdaderamente importante. En lo personal: la salud y la familia; en lo profesional, que dedique el tiempo a las cosas que son rentables. El método, en definitiva, es una forma de vida”, subraya con vehemencia.

El proceso desarrolla todos los pasos necesarios para llegar a la acción, va desde la toma de conciencia de los sueños hasta la planificación de las tareas diarias necesarias para la consecución de los mismos, pasando por fijación de objetivos, elaboración de metas, eliminación de barreras mentales y creación de hábitos. Para la toma de acción, uno de los más complicados, Urresti utiliza en su técnica, la estructura de cajitas o tareas que se colocan y anteponen en función de la rentabilidad profesional o el beneficio personal de cada una de ellas.

del sueño a la acción El empresario no se considera un coach, sino un trabajador que ha aprendido todo lo que sabe “de estar en contacto con cientos de personas. Además, los resultados avalan la efectividad de mi método innovador y científico que con la aplicación de una serie de pasos te llevan irremediablemente al éxito de objetivos, personales y profesionales, porque la clave es que la rueda de la vida esté equilibrada. Me siento muy orgulloso cuando logro que alguien pueda bajar 15 kilos de peso, que haga la maratón de sus sueños o que deje de fumar. Logro resultados que otros profesionales no pueden. Cambiar parámetros en la mente como nadie puede hacer”, explica.

Para transformar un sueño en acción, un objetivo en algo real, materializado, se requiere ante todo iniciativa, un plan de acción, unas metas ordenadas por nivel de preferencia, un esfuerzo y una actitud proactiva. “Quizás por esto el porcentaje de población que es constante a la hora de perseguir su libertad aún es muy bajo, y muy pocos son los que proponen una acción de mejora ante cualquier dificultad o error”, apostilla Urresti que desarrolla numerosas herramientas para que todas las personas puedan aplicar su metodología: seminarios individuales y grupales, entrevistas, cursos online y favorecer a más personas. “Solo se necesita actitud, porque ser libres es una decisión y responsabilidad que únicamente depende de nosotros mismos. No hay excusas”, remarca.

Goalboxex, la empresa de Urresti nace de la pasión y trayectoria profesional y vital de su fundador y director, cuya meta personal es ayudar a comprender a otros lo que él mismo ha experimentado: que el tiempo es muy valioso y debemos dedicarlo a las cosas importantes de la vida.

“He extendido mi metodología a otros perfiles de personas; a gente que ha estado a punto de suicidarse, que sufre ansiedad... me di cuenta de que la técnica servía para todo el mundo”. La demanda de su programa no deja de crecer en los colegios, entre directores de centros y padres y madres desesperados porque no logran que sus hijos “arranquen” en los estudios. “Con mi método soy capaz de cambiar sus actitudes y motivarles para que hagan en la vida lo que verdaderamente les gusta; se olviden de lo que quieren otros para ellos y pasen a la acción. En un mes obtengo resultados que no logran los psicólogos; lo demuestro con hechos”, sentencia.