MADRID - El lehendakari invitó ayer a los estados miembros de la Unión Europea a invertir en los sectores “de futuro” que hay en Euskadi y “generar oportunidades de empleo de calidad”. Así se lo trasladó a los embajadores comunitarios en Madrid, con quien se reunió por cuarta vez desde que llegara a Ajuria Enea.
Durante el encuentro, Iñigo Urkullu explicó a los diplomáticos el modelo de desarrollo económico y social de la CAV y los objetivos que se ha marcado su Gobierno para la legislatura. El principal es reducir la tasa de paro por debajo del 10% y hacerlo además incidiendo en la estabilidad de los puestos de trabajo que se generen. “Avanzar en crecimiento sostenible significa lograr más y mejor empleo, ese es nuestro objetivo central”, detalló.
Uno de los ejes de la política económica del Ejecutivo vasco es el Plan de Reactivación Económica y Empleo, que cuenta con un presupuesto de 8.800 millones de euros hasta 2020. Un programa que está abierto a la colaboración público-privada y a las inversiones conjuntas en materia de innovación, ya que el “trabajo conjunto”, tanto con empresas como con otros ejecutivos, es otro elemento “clave” de su acción de gobierno.
En ese ámbito, Euskadi está mostrando un gran potencial para atraer inversión extranjera y en los nueve primeros meses del año pasado consiguió captar casi 2.400 millones procedentes de empresas de otros países. La cita con los embajadores buscaba, entre otras cuestiones, reforzar esa dinámica con los países a los que representa y estuvo presente en su discurso.
“Estamos ejecutando una política económica cercana a la economía productiva, capaz de favorecer la viabilidad de las empresas, invertir en los nuevos sectores económicos de futuro y generar oportunidades de empleo de calidad”, subrayó.
sectores de oportunidad La fabricación avanzada, la energía y la biosalud conforman los tres grandes focos de actuación de la política industrial del Gobierno Vasco y son, entre otros, los ámbitos en los que se confía en atraer nuevas inversiones foráneas. Durante su intervención ante los embajadores -estuvieron presentes 25 de los 27 máximos representantes de los estados de la UE en España-, Urkullu enumeró los 15 “objetivos de país” de su Ejecutivo, que en el capítulo económico tiene retos como alcanzar un 25% de PIB industrial, propiciar 100 proyectos estratégicos de innovación con capacidad de tracción del tejido productivo, la reducción de la tasa de paro por debajo de los dos dígitos y favorecer el acceso al mercado laboral de 20.000 jóvenes. Añadió que otros de los vectores en los que se está incidiendo es “primar la competitividad reforzando las actuaciones del Plan 4I: Inversión, Innovación, Internacionalización e Industria”. Esos son los principales ingredientes de la apuesta económica del Gobierno Vasco, según expuso el lehendakari, que insistió en que la cohesión y el bienestar social son cotas irrenunciables: “No dejar a nadie atrás y salir todos juntos de la crisis es la prioridad”.
A pesar de que el cuarto encuentro del lehendakari con los embajadores comunitarios fue el de mayor contenido económico, la cuestiones políticas también estuvieron presentes. Primero porque Urkullu destaca como uno de los elementos que favorecen el crecimiento económico la estabilidad política e institucional de Euskadi y la capacidad de llegar a acuerdos con el Estado, como ha ocurrido en el caso de la actualización del Cupo tras un decenio de desencuentros con Madrid.
Segundo porque el fin de ETA ha abonado el escenario para facilitar la recuperación. Pero además también recordó que el autogobierno y la autonomía fiscal vasca son un incentivo para la economía. En esa línea, incidió en la necesidad de alcanzar un acuerdo con el Estado que “asuma el concepto de cosoberanía o soberanía compartida” y defendió las “realidades nacionales vasca y catalana”.
Según expuso, “desde la aplicación del más estricto realismo, es necesario asumir el evidente desencuentro territorial y la crisis del modelo de Estado”. Por ello, y ante la existencia de “voluntades mayoritarias diferenciadas” en Catalunya, Euskadi y España, aseguró que ha llegado el momento de iniciar una “nueva etapa asentada en un diálogo con auténtica voluntad de acuerdo”. Del mismo modo, emplazó a “habilitar cauces legales para que las comunidades que quieran consultar a la ciudadanía sobre su futuro puedan hacerlo”.