vitoria - Las centrales nucleares siguen siendo las principales generadoras de energía eléctrica en el Estado español y junto a las térmicas de carbón aportaron más del 38% de la electricidad producida en 2017 pese las críticas de los grupos ecologistas que piden una mayor apuesta por las renovables. Aunque el hecho más significativo ha sido el hundimiento de la producción en las centrales hidráulicas, con una reducción de más del 48%, y el auge de las centrales de ciclo combinado a gas natural que generaron un 33% más de electricidad que en el ejercicio precedente hasta el punto que estas instalaciones, las más modernas del parque en el Estado, casi duplicaron la producción mediante la caída de agua en las presas. Esta evolución, más producción eléctrica con combustible caros, -gas natural y carbón-, en detrimento de los baratos, -agua de lluvia y viento-, está detrás del parte del incremento de los precios en el recibo de la luz.
La demanda de energía eléctrica en el Estado, con datos de Red Eléctrica- REE, ha crecido y consolida la evolución positiva iniciada en 2015, después de las caídas sufridas en los años anteriores de la crisis económica. Concretamente en 2017 alcanzó los 268.505 GWh, un 1,3% más que el año anterior (superando el crecimiento del 0,7% registrado en 2016). Todo ello en un escenario en el que el Producto Interior Bruto (PIB) español ha aumentado en torno al 3%
Por su parte, la generación eléctrica apenas obtuvo una variación del 0,2% de crecimiento respecto al precedente 2016, por lo que una parte de la demanda de luz eléctrica se cubrió mediante la importación de unos 9.220 GWh.
La Comunidad Autónoma Vasca concentra el grueso de su generación eléctrica en las centrales de ciclo combinado a gas de Bahía Bizkaia Electricidad, en Zierbena; de Iberdrola, en Santurtzi; y de Bizkaia Energía, en Boroa-Amorebieta, porque los parques eólicos y solares son escasos y la generación hidráulica es muy pequeña por la ausencia de grandes ríos.
El resultado es que en 2017 las centrales que utilizan fuentes renovables apenas han cubierto un tercio de la producción eléctrica peninsular, el 33,3% en concreto, frente al 40,8% del año anterior. Estos siete punto de caída dejan a las energías renovables con la cuota de generación eléctrica más baja de los últimos cinco años.
Esta caída en la contribución de las renovables se ha debido principalmente al impacto de la sequía sobre la producción hidráulica, pues las centrales hidroeléctricas sitas en la Península Ibérica han contabilizado una reducción del 48,4% frente al año anterior. Además, la generación eólica también ha sido un 1,6% inferior a la del ejercicio precedente.
En un sistema como el español caracterizado por un mix de potencia instalada dominado por las centrales de gas natural, con 26.670 megavatios, seguido de los parques eólicos, con 23.005 Mw; la hidráulica, con 20.332; las térmicas de carbón, con 10.004; las solares, con 7.974, y las nucleares, con 7.117Mw, son estas últimas las que han cubierto una mayor parte de la generación con 54.825 Gwh, un 20,8% del total, seguido de los parques eólicos, con un 17,8%, y, sorpresa, las centrales térmicas de carbón que pese a su progresivo arrinconamiento, -recuérdese que Iberdrola ha anunciado el cierre de las suyas-, en el pasado año generaron el 17,4% de la electricidad en el Estado.
Por su parte, los saltos de agua solo han cubierto el 7% de la producción eléctrica en el año, frente al 14,2% del ejercicio anterior, viéndose así sustituida por una mayor aportación del citado carbón, que representó el 17%, frente al 13,9% de 2016, y de los ciclos combinados de gas, con un 13,9%, frente al 10,2% de hace un año.
Un dato a destacar es que las importaciones de energía eléctrica del Estado español han crecido un 20% en 2017 hasta los 9.220 gigavatios por hora, lo que ha permitido atender cerca del 4% de la demanda peninsular. Esta tendencia puede ser un problema si se tiene en cuenta que Francia va a parar varias centrales nucleares lo que tampoco ayudará a bajar los precios de la luz en 2018.
Y hablando de precios de la electricidad no deja de sorprender que en un mercado como el español, con exceso de oferta y de capacidad instalada y con un mix de tecnologías muy equilibrado, los precios en el recibo de la luz hayan subido durante los años de la crisis 2008-2016, un 46,7%, por encima del 39,5% que se han incrementado las gasolinas o el 31,2% del gas natural.