bilbao - Gobierno Vasco y patronal han vuelto a cruzar declaraciones sobre la necesidad de subir los salarios. El consejero de Hacienda, Pedro Azpiazu, volvió a mostrarse partidario ayer, como ya ha hecho en varias ocasiones este año, de mejorar las nóminas de los trabajadores de manera generalizada para evitar que la recuperación se resienta. Y una vez más se topó con la advertencia del líder de los empresarios vizcainos, Iñaki Garcinuño, quien reprochó a Lakua que sitúe en las empresas la responsabilidad de sostener el crecimiento de la economía “a golpe de subida salarial”.

Cada vez más cerca de cerrarse el cuarto año consecutivo con crecimiento económico en Euskadi, el mensaje institucional y la visión de los empresarios siguen sin encontrarse en lo relativo a la cuestión salarial. Ya en el mes de enero, el consejero Azpiazu se pronunció por primera vez desde el ámbito institucional abiertamente a favor de subir los sueldos, una idea en la que ha insistido a lo largo del año y que ha sido secundada también por otros responsables políticos.

Ayer el titular de Hacienda y Economía de Lakua volvió a incidir en esta cuestión en el Parlamento Vasco ante una interpelación de EH Bildu, coincidiendo en que la crisis ha hecho perder un margen importante de poder de compra a los trabajadores. En base a los datos del Consejo de Relaciones Laborales (CRL), Azpiazu indicó que el coste laboral medio ha subido algo menos del 5% entre 2008 y 2016, mientras que los precios lo han hecho el 9% -se prevé que el avance del IPC este año sea cercano al 1,5%, en el nivel de la subida pactada en convenio-.

Por tanto, son más de cuatro puntos de poder de compra los que se han perdido durante la crisis de media entre los asalariados vascos, aunque en algunos casos la brecha ha sido superior por el bloqueo de muchos convenios, que mantiene congeladas miles de nóminas. Por ello, y en un escenario de consolidación de la mejoría económica, con el PIB aumentando a un ritmo del 3%, el Gobierno Vasco defiende que parte de esos beneficios deben trasladarse a los trabajadores.

Además de la cuestión social, Azpiazu subrayó ayer en la Cámara Vasca la importancia que tiene a nivel económico la recuperación de las rentas salariales. Muy próximo a las tesis sindicales, el consejero bilbaino dijo que subir los salarios es “una vacuna” contra el frenazo del consumo y el riesgo de que la economía vasca “dé un paso atrás” y sufra un estancamiento en los próximos meses. Reconoció, eso sí, que las empresas “en dificultades” deben quedarse al margen y pidió “responsabilidad” a la parte sindical a la hora de fijar sus demandas en las mesas negociadoras.

“a golpe de subida salarial” Cuestionado en Radio Popular por este nuevo llamamiento del Gobierno Vasco a mejorar las nóminas de los trabajadores, el presidente de la patronal vizcaina volvió a ser transparente y criticó que se demande a los empresarios que dinamicen la economía “a golpe de subida salarial”. “No se nos puede achacar a nosotros esa responsabilidad”, afeó Garcinuño.

Crítico con el consejero, el líder de Cebek aseguró que una subida de salarios no tiene por qué traducirse en una mejoría del gasto de las familias y de la actividad empresarial, ya que el dinero extra que recibe el trabajador lo puede dedicar “a sanear su propia economía y a amortizar crédito que quizá tenga”. “Solicitar subidas cuando lo paga otro es muy cómodo”, dijo el presidente de Cebek, que acotó los incrementos a aquellas empresas que puedan hacerlo y que los hayan pactado en el convenio.

Más del 4%. Según datos del CRL, el coste laboral medio ha crecido en la crisis un 4,7% mientras el IPC ha avanzado el 9%. Por tanto, de media los trabajadores han perdido más de cuatro puntos de poder de compra, aunque en muchos casos ha sido superior por el bloqueo de la negociación colectiva.

Negociación “paralizada”. Iker Casanova, de EH Bildu, dijo que la crisis ha agrandado la brecha entre ricos y pobres y criticó que la patronal “ha paralizado” la negociación de convenios “para no subir los salarios”.

1,53

Es la subida pactada en convenio en la CAV hasta octubre, aunque solo el 38% de asalariados tiene el convenio renovado.