BRUSELAS - La Comisión Europea dio ayer su visto bueno al borrador de presupuesto de España para 2018 porque prevé que reduzca su déficit por debajo del 3% del PIB considerado excesivo, aunque avisa de que no cumplirá el objetivo pactado de llevarlo al 2,2% ni el ajuste fiscal recomendado. Además, recuerda que persisten riesgos en el horizonte ligados a la incertidumbre por Catalunya y la falta de unos Presupuestos Generales del Estado por la falta de apoyos del Gobierno del PP.
“El proyecto de España es globalmente conforme a las exigencias para 2018 porque prevemos que el déficit nominal pasará claramente por debajo del valor de referencia del 3%, pero el esfuerzo presupuestario sigue siendo claramente inferior al nivel recomendado”, dijo el eurocomisario europeo de Asuntos Económicos, Pierre Moscovici, en una rueda de prensa.
Para dar luz verde, a Bruselas le ha bastado con que el déficit tenga visos de bajar del 3%, cuya superación llevó a abrir en 2009 el procedimiento por déficit excesivo que ha obligado a una vigilancia exhaustiva de las cuentas españolas y a punto estuvo de acarrear una multa millonaria en 2016.
alto nivel de deuda y paro El ministro de Economía, Luis de Guindos, calificó de “buena noticia” la luz verde de la Comisión e insistió en que España cumplirá el objetivo del 3,1% de déficit este año y confió en que pueda llegarse al 2,2% el próximo, tal como estaba previsto antes de que la crisis catalana llevase a elevar la estimación al 2,3%. Sin embargo, la Comisión también advirtió de otras debilidades de España.
En su informe sobre desequilibrios macroeconómicos, el Ejecutivo comunitario advirtió al Estado de que debe seguir reduciendo su elevado nivel de deuda pública y privada, así como de la persistencia de los altos niveles de paro y la elevada proporción de contratos temporales. Además, Bruselas instó a los países comunitarios a adoptar reformas estructurales que se centren en impulsar las inversiones y en incrementar el crecimiento de los salarios para apoyar la demanda interna, aunque sin olvidar la necesidad de seguir contando con políticas presupuestarias “responsables”. - Efe