Bilbao - La Naval de Sestao puede conseguir en breve su primer éxito en el complejo contexto del concurso de acreedores. Una vez alcanzado un preacuerdo con el armador Van Oord para terminar las dos dragas que se están construyendo en estos momentos en el astillero, el grupo de bancos que trabaja con la compañía vizcaína ya tiene sobre la mesa un plan financiero para darle cuerpo a la operación, que podría cristalizar la próxima semana.
Según ha podido saber DNA, La Naval, con el administrador concursal al frente, y el armador holandés se reunieron ayer en Madrid con el pool bancario, en el que figuran Banco Santander, Bankia, Sabadell y Caixabank y otras cuatro entidades con una exposición menor. En el encuentro, La Naval y Van Oord hicieron un “frente común muy fuerte” y la banca mostró “todo su interés” en colaborar, explicaron fuentes del astillero.
Conseguir el andamiaje financiero que requiere la operación es clave en las circunstancias actuales, porque se confirmaría que la empresa tiene carga de trabajo para algo más de un año y que, por tanto, mantiene la actividad durante el proceso concursal. De este modo, los posibles inversores interesados en comprar el astillero no visitarán una compañía parada y además, a medida que se cumplan los diferentes plazos en la construcción de los buques, se generarían ingresos de cara a aliviar los problemas de tesorería.
Todavía no se ha recibido ninguna oferta y los posibles interesados no se han puesto en contacto, pero el administrador concursal quiere “abrir cuanto antes la ventanilla” para hacerlo y la compañía será más atractiva después de cerrar esta operación. Si como todo apunta se logra el respaldo de la banca al acuerdo con Van Oord, la draga 346, la que está en una fase de construcción más avanzada, se terminará en otra localización, mientras que su hermana gemela lo hará en el astillero sestaoarra. Por una parte se entregaría un barco y se recibiría el pago correspondiente. Y por otra parte se garantizaría carga de trabajo y nuevos ingresos a corto plazo.
inyección de liquidez El armador holandés se ha visto envuelto en la complicada situación de La Naval y, tras varios meses de retraso, no puede esperar mucho más para poner a trabajar la Vox Amalia, la draga que fondea desde marzo en la ría. El caso es que el astillero vasco a su vez no puede comprometerse en estos momentos a concluir el buque en un plazo concreto.
Se ha buscado por ello un acuerdo similar al del Living Stone, que lleva varias semanas finalizándose en un muelle en Santurtzi. Aquella operación reportó a la compañía cerca de nueve millones de euros. Aunque las fuentes consultadas por este diario prefirieron no detallar cuál será la cifra en este caso, la inyección de liquidez sería menor. Tendría eso sí el mismo efecto calmante en los males que aquejan a la histórica compañía vizcaína.
De forma paralela, cada plazo que se cumpla en la construcción de las dragas 346 y 347 permitiría liberar una parte de los avales comprometidos en los contratos de financiación de ambos, con lo que se aligeraría la deuda financiera que ha generado el colapso de Construcción Navales de Norte, la sociedad que ha controlado el astillero desde su privatización hasta la puesta en marcha del concurso de acreedores.
Hay razones de peso, vitales en la supervivencia de La Naval, para impulsar un acuerdo en torno a la construcción de esos dos barcos, los únicos que quedan en grada. Una vez presentado del plan financiero que lo haría posible, Van Oord remitirá mañana viernes al pool de bancos un draft business, una orden bancaria de prepago, con el que demostrará su liquidez.
A partir de ahí se fijará la fecha de una nueva reunión que podría ser definitiva. La administración concursal se marcó como objetivo a principios de semana despejar este frente en quince días y el plazo está al alcance. Si es así los esfuerzos se podrán centrar en otras cuestiones. Entre ellas, intentar cerrar nuevos plazos con Balearia para la entrega de un ferry de pasajeros, cuya construcción debería haberse iniciado este otoño y que en estos momentos está en fase de ingeniería. La actividad comercial de captación de nuevos proyectos será una tarea algo más sencilla con las gradas ocupadas. Mientras tanto el despacho del administrador concursal continúa trabajando en al auditoria de las cuentas.
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Millones de euros es la deuda que arrastraba La Naval en el momento en que se acogió al concurso de acreedores la primera semana de octubre. Las conversaciones con la banca acreedora van en la buena dirección y podría alcanzarse un acuerdo la semana que viene.
Acuerdo con Van Oord. La Naval, ya gestionada por un administrador concursal, ha conseguido un preacuerdo con el armador holandés Van Oord para terminar las dos dragas en el astillero de Sestao, pendiente en todo caso del acuerdo con la banca. El acuerdo con Van Oord, como sucedió con Deme para la finalización del ‘Living Stone’, daría aire a La Naval a través de una importante inyección de liquidez.
Movilizaciones. Los trabajadores de La Naval continúan con las movilizaciones, la última un encierro en el Ayuntamiento de Santurtzi, para reclamar a las instituciones ayuda en la consecución de un inversor que salve el proyecto.