BILBAO - El acuerdo de PNV y PSE para realizar pequeños retoques en la fiscalidad vasca unió ayer a dos inesperados compañeros de viajes, que además criticaron los cambios por motivos opuestos. Confebask lamentó la “oportunidad perdida” para reformar el Impuesto sobre Sociedades de cara a ponerlo al servicio de la economía y aseguró que el nuevo marco tributario de las empresas es “cortoplacista” y que tiene un objetivo exclusivamente recaudatorio.

En cambio LAB realizó una valoración totalmente diferente. Mientras la patronal asegura que se hace de noche, el sindicato de la izquierda abertzale percibe que sale el sol y la secretaria general de LAB, Garbiñe Aranburu, acusó a los dos socios en las principales administraciones vasca de “no querer confrontar con los intereses de la patronal”.

El acuerdo sigue de este modo sin encontrar más a apoyos que los de los firmantes y sobre el papel se complica la negociación para buscar otro partido que respalde el proyecto en Araba, donde socialistas y jeltzales no tienen mayoría. El Partido Popular insistió ayer en su rechazo a los cambios a través de su secretario general, Alfonso Alonso, quien consideró que la propuesta “perjudica” la competitividad de las empresas y castiga a las familias.

El PP alavés, que tiene la llave para la aprobación en las Juntas de ese territorio, criticó además no haber conocido de primera mano el acuerdo, si no a través de la prensa, pero aseguró que “sigue abierto a hablar” pese a que “el punto de partida” no les “gusta y supone un retroceso y un freno a hacer de Euskadi un territorio más atractivo a empresas y a la generación de empleo”.

No se ha cerrado de momento ninguna puerta, aunque se intuye que la negociación será compleja. Ya lo ha sido el diálogo que ha dado luz al acuerdo entre PNV y PSE y las concesiones de una y otra parte han rebajado notablemente el contenido de la reforma.

En Sabin Etxea han tenido que renunciar a rebajar el tipo nominal del Impuesto Sobre Sociedad hasta el 24%, como demandan los empresarios para situarlo en línea con el Estado. El diputado general de Bizkaia, Unai Rementeria, era el principal defensor de esa rebaja en la presión fiscal como instrumento de atracción de empresas. El objetivo era recaudar más a través de la ampliación del número de contribuyentes societarios a la hacienda vasca. El PSE ha vetado esa opción y la patronal no oculta su malestar. No ahorró Confebask calificativos negativos a la minirreforma, que considera “cortoplacista” por primar la recaudación sobre la creación de empleo, “desincentivadora” de la actividad económica y la inversión y “anacrónica” en el contexto europeo, donde el tipo medio de Sociedades se sitúa en el 24,4%

Según Confebask, si se hubiera rebajado el Impuesto de Sociedades del 28 al 24% se hubiera generado una inversión inducida de casi 600 millones y la creación de 6.000 puestos de trabajo. En un comunicado firmado también por las tres patronales provinciales, los empresarios lamentan que no se aproveche el Concierto Económico “para consolidar la recuperación económica de Euskadi y afianzarla a medio y largo plazo”.

En cambio, LAB considera que “no es verdad” que en Euskadi “se paguen más que en otros países de Europa” y Aranburu aseguró que Euskadi es “junto a Eslovenia” una de las regiones de la Unión Europea “con menor presión fiscal”.