donostia - La patronal vasca Confebask lanzó ayer un mensaje a los responsables políticos e institucionales que actualmente trabajan en la propuesta de una reforma fiscal para avisarlos que las aportaciones empresariales que no se destinen a fines intrínsecos a su actividad económica pueden “restar recursos para la inversión y la contratación” lo que, a la larga, representaría una disminución de la competitividad del tejido empresarial de Euskadi.

Esta afirmación se produce en un momento en el que coincide un debate sobre la tributación de las compañías en la CAV que pivota alrededor de reducir o no el Impuesto de Sociedades y las declaraciones de responsables del Gobierno Vasco y representantes sindicales que demandan una subida de salarios ante la mejoría de la economía vasca.

En este contexto, el presidente de Confebask, Roberto Larrañaga, afirmó que “pretender que la empresa vasca pague más salarios, contribuya con más impuestos y genere más empleo, todo a la vez, sin que mejore su margen es no querer entender lo que la crisis ha provocado”. El dirigente de la patronal vasca aclaró que la intención no es “no pagar impuestos”, sino que los tipos impositivos sean similares a los que se aplican en países que son directos competidores de Euskadi.

Larrañaga explicó que en territorio vasco los empresarios pagan un tipo nominal superior al del Estado, a lo que añadió que también los salarios son los más altos, solo por detrás de la Comunidad de Madrid, “con la jornada laboral pactada más corta”. Todas estas circunstancias repercuten en los márgenes de las firmas vascas, según Larrañaga, que afirmó que en la CAV existen compañías de gran tamaño y facturación que, a pesar de registrar un incremento de los pedidos, no ven acompasadas sus ganancias porque sus márgenes se han visto muy reducidos. La razón, según explica, es que “los precios de venta de sus productos y servicios también han caído a niveles de hace diez o más años”. Por este motivo, el dirigente de Confebask abogó por una fiscalidad adaptada a las nuevas exigencias de los mercados globalizados que asegure la competitividad de las empresas vascas. “Somos conscientes de nuestra relevancia en el mantenimiento del bienestar social en Euskadi, algo a lo que en absoluto queremos renunciar”, aseguró, para añadir que “de lo que se trata es de no pagar más que los competidores de nuestro entorno”.