Bilbao - La Naval y Deme alcanzaron ayer un principio de acuerdo para terminar el barco cablero que el armador holandés intentó llevarse la semana pasada del astillero. Las tareas de construcción se prolongarán todavía seis meses, pero la compañía de Sestao recibirá ya un importante ingreso de dinero con el que podrá pagar las nóminas de los trabajadores. La tesorería está bajo mínimos y ha llevado a la compañía a una situación casi terminal. Tras el cierre de las tensas negociaciones con Deme, el enfermo recibirá en breve una transfusión que le permitirá llegar con más pulso al proceso concursal y afrontar con garantías el camino que lleva a la rehabilitación.

Desde La Naval confirmaron que tras una reunión maratoniana, el astillero y Deme-Tideway alcanzaron en la mañana de ayer el preacuerdo. No han trascendido los detalles, pero otras fuentes conocedoras del proceso cifran el acuerdo en un punto entre la propuesta inicial del armador (4,5 millones de euros) y los números que manejaba la compañía vasca (9,5 millones).

Añaden que el barco se terminará fuera del astillero, en algún punto del Puerto de Bilbao, y que serán “previsiblemente” los propios trabajadores de La Naval, las subcontratas y los proveedores habituales los que realicen las últimas labores. Con esa medida se visualiza que el Living Stone pasa a ser propiedad del armador y se evita que el administrador concursal que tomará las riendas de la empresa en breve bloquee su entrega. Además, el astillero tendrá carga de trabajo para una parte de la plantilla que evitará entrar en la regulación de empleo prevista para los próximos seis meses.

Desde el punto de vista empresarial, Deme se garantiza que recibirá en breve el barco y podrá entender los pedidos que tiene en cartera -se desconoce si el acuerdo conlleva acelerar la entrega-. Esa incertidumbre le llevó a promover el rocambolesco intento de robo de la semana pasada, un frente abierto que podría acarrear responsabilidades penales.

La Naval, por su parte, lanza un mensaje de tranquilidad a los otros dos armadores que renegocian los plazos de entrega del resto de barcos que están en las gradas. El diálogo está más avanzado con Van Oord, para el que se están construyendo dos dragas y el proceso podría recibir un impulso. A finales de año estaba previsto iniciar la construcción de un ferry de pasajeros para Balearia y se confía en encontrar una fórmula para no perder ese pedido y el barco adicional que contemplaba el contrato.

La consejera vasca de Industria, Arantxa Tapia, confirmó que la empresa de Sestao ha logrado un acuerdo con el armador holandés e insistió en la necesidad de que la situación no se judicialice y no se ocasione una coyuntura “más complicada de lo que ya es”.

“no rotundo” de la plantilla Los trabajadores, por su parte, dieron un “no rotundo” a la solución de sacar del astillero el buque cablero que está en fase de construcción para terminarlo en otro lugar, tal y como han acordado representantes de la dirección del astillero y la empresa holandesa Tideway, propietaria del barco.

“En primer lugar nos tienen que presentar una propuesta seria en torno a las condiciones porque hasta ahora no ha habido ninguna seriedad en las propuestas y, cuando las hagan, las valoraremos. A día de hoy, rotundamente, no”, señalaron fuentes sindicales.

Balón de oxígeno. Gracias al acuerdo con Deme para terminar el barco, La Naval recibe una importante inyección de dinero para poder pagar las nóminas de la plantilla y llegar con más garantías al concurso.

Rechazo del comité. Los trabajadores piden más detalles sobre la solución para terminar el barco y de momento rechazan la solución. Demandan que sea la propia plantilla del astillero la que haga los trabajos.