bilbao - Ingeteam, uno de los principales socios de La Naval, considera que el futuro del astillero se complica tras el intento del armador de llevarse el buque cablero en construcción. La dirección de la compañía está negociando con todos los armadores el adelanto de pagos de los barcos contratados. La Naval lograría así los ingresos que necesita para, entre otras cuestiones, seguir pagando a los trabajadores hasta final de año.
Hasta el esperpéntico intento de robo de la noche del miércoles al jueves, alcanzar un acuerdo en ese sentido con los armadores parecía cuestión de tiempo y ahora se perciben más dificultades. “En estos momentos la situación es incierta, el incidente cambia totalmente el escenario”, explicaron ayer a DNA desde la dirección de Ingeteam. La ingeniería está en el ojo del huracán por ser, junto a Astilleros Murueta, el dueño con mayor participación en el astillero, con un 38,5% cada uno.
Por ello, decidió ayer enviar a su plantilla una circular interna en la que exponen su punto de vista sobre la situación de La Naval. Según esa comunicación, Ingeteam “ha perdido” los 5,8 millones de euros que ha invertido durante su etapa como socio en el astillero. Además, “no ha percibido ni un solo euro en concepto de dividendo”, al igual que el resto de los accionistas, porque se decidió que los beneficios se quedaran en las arcas de la empresa para que tuviera tesorería si la situación empeoraba. En relación a los ingresos que ha podido lograr Ingeteam como proveedor de motores y sistemas eléctricos de La Naval, la dirección de la ingeniería aclaró que el saldo económico de su relación como cliente del astillero “es negativo” y ha perdido 1 millón de euros.
La comunicación es un argumentario en el que responde casi punto por punto a los reproches que ha recibido su compañía, al mismo nivel que Murueta, por parte del comité y de otro de los accionistas, Iniciativas Navales del Norte. “Es injusto cuando nos atacan de este modo. La situación es dura y comprendemos a la plantilla, pero el consejo de administración ha tomado siempre las decisiones en interés de La Naval”, afirmaron desde la dirección de Ingeteam.
Menos comprensivos se mostraron en relación de la posición de Iniciativas Navales del Norte, a cuyos responsables criticaron por “atacar con acusaciones no fundadas” y presentar demandas judiciales que han desestabilizado el astillero.
Iniciativas Navales del Norte ha presentado varias querellas en las que afirma en resumen que el consejo contrató más barcos de los que se podían construir al mismo tiempo en el astillero para que las empresas a las que representaban facturaran más a La Naval. Una dinámica en la que Ingeteam jugaría un papel clave. Sin embargo, según el comunicado enviado a la plantilla, la relación de la ingeniería como proveedor del astillero solo supone el 2,2% de las ventas totales realizadas en los últimos 11 años por Ingeteam. Se han facturado 110 millones de euros a La Naval y más de 5.000 millones en total. “La Naval ha sido un cliente importante, pero desde luego no ha sido monocultivo”, argumenta las fuentes de la ingeniería consultadas por DNA.
“Todos hemos contribuido a que el astillero no fuera competivo. Iniciativas Navales del Norte atacando con acusaciones no fundadas, pero el resto, socios, consejo de administración, dirección, comité y trabajadores, también hemos tenido responsabilidad”, manifestaron desde la empresa.
Según detallaron, tras varios años en positivo que permitieron ingresar 58 millones de beneficios, en 2014 se perdieron 12 millones y en 2015 casi 16 millones. En febrero de 2016 se elaboró un informe en el que se preveía cerrar ese año con un beneficio de cinco millones, pero al final se perdieron casi 80 millones. Parte de ese desajuste estuvo originado por la construcción de un ferry de chapa fina, un tipo de barco que nunca había sido botado en el astillero y que se fue 20 millones por encima del presupuesto.
abaratar costes Era un contrato estratégico, porque suponía abrir la puerta al mercado de los cruceros. Se dio por bueno el desfase, a pesar de que estaba originado por la política de la dirección de “apretar a los proveedores para abaratar el coste de la fabricación”. “Se han contratado servicios a empresas auxiliares que no eran de calidad”, lo que a la postre ha supuesto repetir algunos trabajos y encarecer el precio final de construcción. “Incluso Ingeteam ha tenido que asumir a veces pedidos de La Naval con pérdidas”, señalan. La situación se agravó durante el tiempo en el que Europa cuestionó el sistema de financiación de buques de España.
El agujero fue creciendo en 2016 y además se vio que había otros problemas. Entre ellos, “un sistema de gestión obsoleto” que impedía que llegara a los accionistas “información veraz” sobre la situación real de la compañía. Se cambió la dirección, se encargó una auditoria y se puso al frente del astillero a una empresa especializada en gestión. En diciembre la “situación era dramática”.
Los intentos de inyectar capital al astillero han fracasado. Y el intento de sustraer el barco cablero por parte de su armador añade más tensión, porque la primera pieza del puzle previsto para facilitar la continuidad de la actividad del astillero, el acuerdo con el armador para adelantar pagos, ha entrado en un laberinto.
La dirección va a seguir negociando con Deme, pero hay serias dudas sobre las intenciones reales del armador holandés. Ingeteam escuchará ofertas de inversores interesados en comprar su participación. Se dará prioridad a empresas del sector que llamen a su puerta con un plan industrial para relanzar el astillero. Y además se prestará especial atención a las compañías vascas y en un segundo lugar a las del Estado, porque se entiende que tendrán mayor sensibilidad con lo que supone el astillero para la economía de Ezkerraldea. Todavía no hay ofertas en firme, pero ya han mostrado interés varios inversores, entre ellos, un astillero cántabro y otro de Corea.
La participación de Ingeteam en La Naval está en venta y lo seguirá estando en el proceso concursal. El administrador judicial que controlará el astillero tomará todas las decisiones sobre la gestión, pero los movimientos accionariales se escapan de su ámbito de actuación. Es posible que alguno de los inversores que ha mostrado interés intente posicionarse ya dentro del accionariado. Ingeteam está dispuesto a facilitarlo.