Bilbao - La delicada situación financiera que atraviesa La Naval lleva al astillero al concurso de acreedores, que se solicitará previsiblemente antes de que acabe el plazo para hacerlo el 7 de octubre. Sin embargo, no es lo mismo llegar a ese escenario con varios inversores dispuestos a relanzar la actividad que hacerlo sin generar ningún tipo de interés. Y en el caso de La Naval no van a faltar candidatos para hacerse con el control del astillero. Entre ellos estará el empresario asturiano Manuel del Dago, que presentará la próxima semana una propuesta para garantizar la continuidad de la actividad, según ha podido confirmar DNA en fuentes del sector cercanas a Del Dago.

Además, en las últimas semanas han visitado las instalaciones de la compañía en Sestao un astillero cántabro y otro posible inversor europeo. Algunas fuentes aluden al interés de otros posibles inversores, pero este diario no ha podido confirmarlo. El regreso de Del Dago fue la “sorpresa” positiva que recibieron los trabajadores ayer, un día en el que se confirmaron sus sospechas y la dirección trasladó al comité de empresa su intención de activar un expediente de regulación de empleo temporal en principio para toda la plantilla.

La compañía plantea que todos los trabajadores indefinidos del astillero estén seis meses en ERE de suspensión de empleo y abrirá en breve la negociación de las condiciones. De forma paralela no se renovará de los 34 eventuales, que perderán su puesto a medida que alcancen la fecha de finalización de su contrato. Los primeros 27 lo harán ya este mes. En el diseño del expediente de regulación para los empleados fijos, se tendrá en cuenta que en estos momentos hay un barco en un grado de construcción muy avanzado.

Además, las negociaciones con los armadores sobre la construcción de los otros buques en grada están orientadas a pactar el mismo sistema de pagos a cuenta con el que se mantiene la actividad en el único que sigue avanzando. Esto permitiría el retorno de la plantilla necesaria.

El ERE es otro frente que se abre en La Naval y que complicará más las relaciones entre plantilla y propietarios. “No nos habían comunicado nada pero suponíamos que podía ocurrir”, explicaron fuentes del comité de empresa, que prefirieron no valorar la propuesta “hasta conocer más detalles”. En cambio, la confirmación de que del Dago vuelve a aparecer en escena sí ha “sorprendido” a la plantilla, si bien más por el momento escogido que por el hecho en sí.

“Nunca ha llegado a decir que no volvería”, destacaron desde los sindicatos, que intuían que esa historia no se había acabado. De hecho, no ocultaron que la posibilidad genera muchas expectativas en la plantilla e incluso alimenta la sensación de que se puede evitar el concurso. “La clave es si quiere presentar una oferta ahora o si prefiere esperar al concurso. La cosa cambia porque durante el concurso su propuesta estará al mismo nivel que la de otros inversores interesados”, afirman desde el comité.

el papel del administrador único Según las fuentes consultadas, Manuel del Dago no va a intentar frenar el proceso concursal sino más bien incorporar su oferta de adquisición al mismo.

Los accionistas han convocado una junta extraordinaria para el próximo viernes y en ese encuentro se cesará a todo el consejo de administración para nombrar a un administrador único. Se trata de un movimiento corporativo que siempre genera muchas suspicacias en los sindicatos, que consideran que la figura del administrador único es un catalizador de quiebras y que en este caso dan por seguro que su papel será el de acelerar el concurso. El siguiente paso sería la intervención judicial de la compañía, que automáticamente pasaría a estar en un escaparate en el que los posibles inversores pueden hacer ofertas para hacerse con La Naval tras una eventual quita de la deuda.

Hasta entonces cabe la posibilidad de que un comprador acuda al rescate con la inyección de capital de 47 millones de euros que necesita el astillero para salir a flote, pero esa opción pierde fuerza cada día que pasa y es ya poco menos que una quimera. La posición de del Dago podría estar a medio camino del rescate y del concurso ya que su voluntad no es aprovecharse de la debilidad de la empresa sino darle un nuevo impulso.

Las fuentes consultadas aseguran que el empresario asturiano estaría dispuesto a inyectar unos 30 millones en la compañía, algo menos de los 36 millones a los que se había comprometido hace unos meses, pero es una cifra que no está cerrada y podría incrementarse. Del Dago habría cerrado la vía de financiación que no logró antes del verano, si bien se desconoce si ha recurrido al mismo fondo de inversión o ha llamado a la puerta de otras entidades. Por lo tanto tampoco se sabe si la inminente declaración del concurso de acreedores, que conlleva una quita de la deuda, ha facilitado la operación financiera.

El regreso de del Dago arrojará luz sobre estas cuestiones, pero no resolverá todas las dudas que rodean el proceso. Los portavoces de la dirección de La Naval afirmaron ayer que no tienen noticias del empresario español afincado en Colombia y que desconocen sus intenciones, a pesar de que del Dago está ligado al consejo de administración a través de Naviera del Nervión. Lo cierto es que la desconexión entre los accionistas del astillero es cada vez mayor y da la impresión de que no existe unidad de acción entre los socios.