gasteiz - En un momento complicado para el tejido económico vasco por la delicada situación que viven media docena de grandes empresas, el Gobierno Vasco presentó ayer el plan industrial de la legislatura, una serie de inversiones para relanzar el sector a medio plazo. Con el objetivo de elevar el peso industrial en el conjunto del PIB al 25% y de generar empleo estable, el programa incluye una inversión directa de 1.225 millones de euros hasta 2020, más otros 1.000 millones anuales en créditos y avales a empresas, con el desarrollo tecnológico y la internacionalización como grandes pilares.
“Queremos una industria más fuerte y competitiva que genere empleo de calidad”, subrayó ayer la consejera de Desarrollo Económico, Arantxa Tapia, en la comparecencia posterior al consejo de Gobierno. El Ejecutivo dio luz verde a uno de los programas de mayor calado de la legislatura, que conecta directamente con el conjunto de iniciativas para fomentar el empleo que se presentarán tras el verano. Es intención de Lakua que, en ese gran objetivo de reducir la tasa de paro por debajo del 10% para 2020, la aportación de la industria sea un eje fundamental.
Desde el Ejecutivo se ha querido dejar claro que el plan industrial presentado ayer no responde al mal momento puntual que vive el tejido empresarial de Euskadi, con varias plantas importantes en riesgo de cierre o de sufrir severos ajustes, sino que se trata de una iniciativa para impulsar el sector a medio y largo plazo.
Como destacó ayer Tapia, el programa incluye partidas enfocadas a ayudar a empresas en dificultades, aunque el sentido de la iniciativa es mucho más amplio. De hecho, la Unión Europea y las normas de competencia fijan requisitos “bastante exigentes” para que las empresas puedan ser ayudadas por la administración pública, recordó la consejera. Sobre las grandes empresas que están ahora en dificultades, Tapia señaló que, salvo en el caso de la antigua Fagor Electrodomésticos, el Ejecutivo lleva tiempo trabajando y buscando inversores para salvar la actividad.
Con una economía cada vez más volcada en el sector servicios, las medidas presentadas ayer buscan en primer lugar mantener el tejido industrial de Euskadi para dar luego pasos adelante y mejorar en alrededor de un punto porcentual su contribución al PIB, hasta el 25%. “Es un objetivo alcanzable, pero no es nada sencillo”, dijo la consejera Tapia, que recordó las dificultades que encierra avanzar en el sector manufacturero tanto en términos empresariales como de empleo, con una demanda de inversión muy superior a la que requieren las actividades de los servicios.
En ese sentido, el Gobierno destina al plan industrial un presupuesto directo en cuatro años de 1.225 millones de euros, de los que casi 300 millones se movilizan este año. Además, se contemplan créditos y avales a través del Instituto Vasco de Finanzas por valor de 1.000 millones anuales. También se destinarán recursos de fondos comunitarios. Se estima que la aportación de la administración generará inversiones privadas “muy relevantes”. De forma aproximada, por cada cuatro euros de las arcas públicas vascas, los empresarios invertirán seis.
En ese salto “cuantitativo y cualitativo” que pretende dar la industria vasca, jugará un papel determinante el desarrollo tecnológico y la digitalización. El concepto de Industria 4.0 vuelve a situarse como eje central del plan industrial, en línea con las últimas actuaciones estratégicas del departamento que dirige Arantxa Tapia. Así, se busca potenciar la digitalización de las firmas industriales con especial atención a las pymes, a través de la digitalización tanto de empresas como de las cadenas de valor, explicó el Gobierno, que añade en este punto “la necesidad de preparar los perfiles profesionales relacionados con la Industria 4.0”. Es decir, se trata de reforzar el vínculo entre políticas económicas y educativas, en línea con las demandas de los agentes sociales.
Además, el plan se divide en otros seis ejes principales: desarrollo de pymes, proyectos estratégicos, innovación, internacionalización, competitividad y empleo. En este último punto se vuelve a poner el acento en la necesidad de que la industria sea capaz de mejorar la calidad de las nuevas contrataciones.
“presionado” El secretario general de ELA, Adolfo Muñoz Txiki, dijo ayer que el Gobierno se ha visto “presionado” ante la situación que viven algunas empresas vascas para presentar esta iniciativa. Según, ELA, la política industrial vasco consiste en “permitir a las empresas hacer lo que les dé la gana” y en “dar ayudas a empresas que después cierran”.
EH Bildu, a su vez, criticó a Lakua de “no tener un verdadero plan industrial” que sirva para ayudar a las empresas en dificultades y de hacer “un refrito de medidas” presentadas con anterioridad.
Industria 4.0. Es el eje transversal sobre el que pivota el plan. Se busca que las empresas se adapten a los cambios tecnológicos y mejoren su competitividad gracias a la innovación.
Foco en las pymes. Serán un objetivo en sí mismo, sobre todo para evitar que una parte queden al margen de la digitalización y puedan lograr también un entorno competitivo.
Empleo. El plan persigue que la industria gane peso también a nivel laboral y pueda servir de tractor en la generación de empleo de calidad.
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Millones es el presupuesto con que cuenta el programa este ejercicio. En total en la legislatura se destinarán de forma directa 1.225 millones.