madrid - España necesitaría unos 300.000 coches eléctricos y 11.000 electrolineras o puntos de recarga en 2020 para poder cumplir con los requisitos de descarbonización exigidos por la UE a mediados de siglo, según el informe Un modelo de transporte descarbonizado para España en 2050 presentado ayer.

Este trabajo, elaborado por la consultoría Monitor Deloitte, insiste en que la mejora del transporte de pasajeros por carretera, incluyendo la potenciación de vehículos menos contaminantes, es “clave” para lograr los objetivos europeos puesto que en España sólo circulaban 6.500 coches eléctricos en 2015. Esta cifra equivale a una cuota de mercado de ventas del 0,2%, “muy por debajo” de otros países como Noruega (23%) u Holanda (10%). El socio responsable de Energía y Recursos Naturales de Monitor Deloitte y autor del estudio, Alberto Amores, explica que la prioridad es clara desde el momento en que el transporte “es el que genera más emisiones y el que marcha más retrasado en cuanto a políticas de descarbonización”.

A día de hoy, el sector es responsable del 24% de las emisiones de gases de efecto invernadero en España, unas 80 millones de toneladas, un porcentaje del cual la mayor parte, el 66%, se corresponde con el traslado de pasajeros por carretera, mientras que el 28% es de mercancías.

“Si España quiere llegar a los objetivos de la UE, debe reducir entre un 80 y un 90% sus emisiones respecto a las de 1990”, advierte Amores, para quien la normativa actual “no garantiza” que eso pueda suceder a no ser que el sector asuma metas “más ambiciosas”. Para conseguirlo, cree que sería necesario destinar una inversión de entre 6.000 y 11.000 millones de euros de aquí al 2030, con partidas anuales en torno a los 650 millones.

Este dinero permitiría avanzar hacia la electrificación del transporte, “la única forma de llegar al objetivo de reducción de emisiones”, de manera que en 2025 hubiera entre 1,5 y 2 millones de vehículos eléctricos en España, con la intención de alcanzar los 6 millones en 2030 y que, a partir de 2040, no se vendiese ningún vehículo con motor de combustión interna.

Igualmente sería preciso potenciar el ferrocarril eléctrico, que en 2030 debería poder transportar el 20% de las mercancías que se mueven en España, lo que requeriría una inversión adicional media de 900 millones de euros anuales hasta la misma fecha.

El dinero preciso para esta revolución del transporte se usaría en tres tipos de incentivos básicos, de acuerdo con el informe: a la compra del coche eléctrico,entre 2.000 y 6.000 millones de euros, a la infraestructura de recarga, entre 3.000 y 5.000 millones, y a la infraestructura para el desarrollo del ferrocarril de mercancías, entre 10.000 y 17.000. Sumando todas las cantidades, para conseguir una adecuada electrificación del transporte en España sería preciso invertir entre 15.000 y 28.000 millones de euros a partir de este año.

El informe también evalúa, entre otros detalles, la red de electrolineras para proporcionar energía a este renovado parque móvil, que deberían situarse principalmente en centros de trabajo, garajes públicos, autopistas y centros comerciales.

La cantidad mínima de postes de recarga debería ser de 4.000 en 2020, 45.000 en 2025 y 80.000 en 2030; por comparación, en la actualidad sólo hay 1.700 en España. - Efe

Atraer a la compra. En el informe se plantean recomendaciones para hacer más atractiva la compra de vehículos limpios. Por ejemplo, “que los vehículos convencionales no puedan circular por el centro de las ciudades a partir de 2025”.

Mecanismos de control. También propone que los incentivos se dirijan “a los segmentos más relevantes del mercado”, que les den facilidades de “aparcamiento”, por ejemplo, y que se implanten mecanismos de “mandato y control”.