Bilbao - La directora de Asesoría Jurídica y Gabinete de Presidencia de Kutxabank, Irantzu Irastorza, afirmó ayer durante el juicio del caso Cabieces que el banco se puso en contacto el 12 de diciembre de 2014 con Mario Fernández para trasladarle las dudas que despertaba el contrato con el ex delegado del Gobierno en Euskadi. Fernández dice que no tuvo conocimiento de que se estaba investigando el asunto hasta el 12 de enero de 2015, cuando el actual presidente, Gregorio Villalabeitia, se lo comunicó aprovechando un encuentro de otra índole.
Esa misma tarde Mario Fernández entregó un cheque a la entidad devolviendo los más de 243.000 que cobró Cabieces durante su vinculación con el despacho de abogados al que Kutxabank encargaba sus asuntos laborales. La responsable jurídica del banco contó ayer otra versión.
Según Irantzu Irastorza, el mismo día en el que se encargó la realización de la auditoria, un mes antes de lo que reconoce Fernández, el entonces responsable del área y actual director general, Javier García Lurueña, se puso en contacto con Mario Fernandez para trasladarle la inquietud que había generado en la nueva dirección la controvertida relación laboral con Cabieces y que se abría una investigación. La declaración pone en entredicho una de las claves de la línea de defensa de Fernández: que devolvió el dinero nada más conocer que el procedimiento podría ser ilícito y que pensaba que de ese modo evitaba que el asunto acabara ante la Justicia.
También declaró ayer el director del Departamento de Auditoría Interna de Kutxabank, Roberto Mol, quien ratificó ayer el informe de finales de 2014 en el que detallaba las “irregularidades” que detectó en la relación entre el banco y Mikel Cabieces. Durante su declaración en el juicio, Mol puso en duda que las cantidades que recibía el ex delegado del Gobierno en Euskadi fueran el pago por una prestación de servicios al banco.
El finiquito es, a juicio del auditor, una de las cuestiones que alimentan esa sospecha. Cabieces recibió “por adelantado cuatro mensualidades” de casi 5.800 euros, el dinero que cobró cada mes durante su colaboración con el despacho de abogados que asesora y representa judicialmente al banco en materia laboral. Además facturó los gastos de un viaje a Córdoba que no se realizó, según Roberto Mol. La suma de ambas cuestiones “demuestra” que “esas mensualidades se estaban pagando sin nada a cambio”.
Las declaraciones de Irastorza y Mol fueron las más contundentes de la segunda jornada del juicio por el caso Cabieces, en el que están acusados el propio Mikel Cabieces, el expresidente de Kutxabank Mario Fernández y el abogado Rafael Alcorta, que se enfrentan a penas de entre dos y tres años. Mol calificó de “extraño” e “irregular” el procedimiento de contratación indirecta de Cabieces, que cobraba de la entidad como demuestra el seguimiento del flujo de su sueldo de 5.783 euros desde al banco hasta la cuenta de Alcorta y después a la del ex delegado del Gobierno.
Lo lógico, expuso Mol, habría sido aumentar la iguala que tenía Kutxabank con el bufete, pero se optó por establecer un cauce paralelo en el que el dinero que salía del banco, siempre la misma cantidad, acababa todos los meses en manos de Cabieces.