bilbao - Además de fijar la retribución mínima de los trabajadores, el salario mínimo interprofesional (SMI) sirve de referencia todavía para conceder algunas prestaciones de paro y ayudas sociales como la RGI o establece el suelo salarial a cobrar en caso de sentencia favorable o concurso de acreedores. Pero desde 2004 el SMI ha dejado de servir de referencia para acceder a la mayor parte de subsidios y ayudas al ser sustituido por el Indicador Público de Renta de Efectos Múltiples (Iprem), que lleva años congelado.

En 2004 el Gobierno del PSOE tomó la decisión de abandonar el salario mínimo como principal referencia en las ayudas sociales para evitar que aumentara el número de perceptores de ayudas a medida que se incrementaba el sueldo mínimo. Hasta el cambio de Zapatero, para acceder a becas, ayudas o incluso a la justicia gratuita no se podían sobrepasar unos ingresos equivalentes a un determinado número de veces el SMI. Si se sube el SMI, como ocurrirá el año que viene -un 8% hasta 9.906,4 euros al año o 707 euros al mes en catorce pagas- el umbral de ingresos es mayor y también el gasto público.

El Iprem es la referencia de la mayor parte de subsidios, ayudas o becas, tanto de ámbito estatal como algunas de las reguladas en la CAV, entre las que no está la RGI. Pese al incremento del SMI, el Gobierno español no ha anunciado que vaya a subir el Iprem, con lo que los requisitos de acceso a la mayor parte de ayudas sociales no cambiarán. El avance del SMI con un Iprem congelado hace que algunas familias mejoren sus ingresos tímidamente y se queden sin ayudas al rebasar el umbral por un escaso margen. - DNA