Bilbao - La innovación no solo da respuesta a las necesidades de crecimiento de las empresas, también incrementa la renta de los habitantes del territorio donde se materializan los procesos de mejora de la competitividad. Esa es una de las conclusiones de un informe elaborado por el BBVA y el Instituto Valenciano de Investigaciones Económicas (IVIE). El estudio destaca además que el ecosistema vasco de I+D está más pegado a la empresa que el modelo del Estado y que tiene a su vez la particularidad de girar en torno a los centros tecnológicos.

Euskadi figura en el grupo de cabeza de la economía del conocimiento junto a Madrid y Nafarroa, pero está un paso por delante gracias a su enfoque y a su trayectoria. El punto de partida se remonta a 1980, con la puesta en marcha por parte de la Administración vasca de la base de la Red Vasca de Ciencia, Tecnología e Innovación. Y el futuro empieza ahora con la apuesta del actual Ejecutivo por la Industria 4.0.

Así lo destaca el informe La competitividad de las regiones españolas ante la economía del conocimiento. El equipo liderado por BBVA señala que, en líneas generales, el uso del conocimiento se ha intensificado en todas las comunidades, pero de manera muy desigual. Como consecuencia cada una ha tenido su propio ritmo a la hora de reducir las consecuencias de la crisis, así como de reactivar la recuperación.

El informe elabora un Indicador Sintético de Innovación (ISI) a partir de una serie de variables que engloban capítulos como el personal dedicado a la I+D, el gasto público y privado en innovación o los efectos económicos de los procesos de mejora de la competitividad.

Euskadi está por encima de los valores medios del Estado en 14 de los 20 aspectos comparados. En algunos casos, como el gasto empresarial en I+D o el personal investigador, el sistema vasco triplica los esfuerzos del modelo estatal.

En cuanto a los resultados tangibles, los procesos de innovación tienen un impacto de casi el 22% en las ventas de las empresas de la CAV, frente al 12,7% de la media estatal. Y el empleo vasco en actividades de alta tecnología o de gran conocimiento ronda el 50% del total del sector servicios y el 43% en el caso de la industria.

En otros apartados, como el gasto público en I+D, Euskadi se mueve en línea con la media. Lo mismo ocurre con el número de empresas innovadoras en aspectos organizativos de las compañías o las exportaciones de alto valor tecnológico.