Londres - El Reino Unido cobrará a partir de 2020 el menor impuesto de sociedades entre los 20 países más industrializados del mundo, una medida con la que el Gobierno británico espera amortiguar los efectos negativos del brexit para las empresas y evitar una posible fuga de compañías.

Analistas y empresarios coinciden en que el recorte fiscal ayudará a retener negocios y atraer nuevas inversiones, aunque advierten de que las condiciones de salida del bloque comunitario que pacten Londres y Bruselas tendrán un peso determinante.

La primera ministra, Theresa May, sugirió esta semana que el impuesto de sociedades podría llegar a caer hasta el 15%, en línea con las cifras que ha barajado el presidente electo de Estados Unidos, Donald Trump, si bien finalmente el Gobierno británico ha decidido mantener su plan de rebajar la tasa desde el 20% al 17%.

El recorte fiscal “va a ser obviamente beneficioso para algunas compañías, porque pagarán menos, pero (su decisión) va a depender esencialmente de las condiciones del ‘brexit’”, señaló David Chivers, profesor de la Escuela de Negocios de la Universidad de Durham.

“Hay muchas razones por las que las empresas podrían preferir ir, por ejemplo, a Irlanda, en lugar de al Reino Unido. Irlanda va a seguir dentro de la Unión Europea. No creo que lograr que individuos o compañías se trasladen sea tan sencillo como recortar impuestos”, indicó Chivers.

Cuando Londres active el artículo 50 del Tratado de Lisboa, previsiblemente en el primer trimestre de 2017, comenzará a negociar con Bruselas las condiciones de acceso al mercado único tras su salida del bloque común.

Una nueva unión aduanera Londres deberá determinar su nuevo rol en la unión aduanera y el acceso de las firmas de la City de Londres al pasaporte financiero que permite operar en la UE, entre otros aspectos que pueden condicionar la facilidad con la que las compañías podrán continuar haciendo negocios en el Reino Unido.

Si se cumple el calendario previsto por el Gobierno, el brexit se ejecutaría en 2019, un año antes de que comience a aplicarse la reducción al 17% en el impuesto a las empresas.

Ese recorte “no será la razón principal por la que las compañías se queden”, recalcó Kerim Derhalli, consejero delegado de la start up financiera Invstr.

“Una economía desarrollada como la británica necesita un ambiente empresarial versátil, capaz de ofrecer ventajas para un amplio rango de industrias”, afirmó el exejecutivo de Lehman Brothers.

El Reino Unido “debería ser un ‘paraíso de los negocios’ con impuestos competitivos”, pero también “una fuente de talento de referencia mundial, con servicios para las empresas de primera clase y comunicaciones con el mundo que ayuden a las compañías a prosperar”, agregó.

Algunas voces han pedido al Gobierno que vaya más allá en las medidas para rebajar la carga impositiva de las empresas.

El presidente de la Confederación de Pequeñas Empresas británica, Mike Cherry, aseguró que los miembros de su organización están “satisfechos” con las medidas anunciadas esta semana por el Ejecutivo, pero pidió “intervenciones fiscales más potentes para activar la economía el próximo año”.

El ministro de Finanzas, Philip Hammond, admitió esta semana que el “brexit” dejará un agujero de 143.000 millones de euros en la economía británica en forma de deuda, y redujo su previsión de crecimiento para 2017 desde el 2,2% al 1,4% “Nos gustaría haber escuchado medidas en cuanto a las tasas para la creación de empresas”, declaró. - Efe