donostia - Iker Goenaga dirige en Euskadi Roxtec, una multinacional sueca que ha apostado por la CAV para establecer su sede a nivel estatal para desarrollar su producción de sistemas tecnológicamente avanzados de pasamuros.
Recientemente han traslado su sede de Madrid a Euskadi. ¿Qué razones han valorado para tomar esta decisión?
-Tener los clientes cerca es una de las razones, como también es importante que el País Vasco es una zona que da cierta estabilidad y tranquilidad para las empresas internacionales como la nuestra. Además, esta área geográfica es muy activa en cuanto a iniciativas empresariales de mejora y de buscar nuevas sinergias. Nosotros somos una empresa que trabajamos mucho la especificación del producto, y hay ingenierías como Idom o Sener y centros de investigación como Tecnalia e IK4 que nos van a ayudar y esa es una gran razón para venir.
¿Cuáles son los datos de Roxtec España?
- Por ahora somos cuatro personas en el País Vasco y luego tenemos otras cuatro ubicadas en diferentes zonas geográficas. Estamos en torno a un 20% de crecimiento con respecto al año anterior y sobre los tres millones de euros de facturación. El objetivo que tenemos a medio y largo plazo es crecer, ofrecer trabajo en la zona y consolidarnos. Somos ambiciosos y queremos crecer el próximo año otro 20%, pero dependerá de que nuestros clientes, sobre todo del sector naval y de la energía, tengan proyectos.
¿En qué nichos de mercado ven más posibilidades?
-Los megaproyectos donde la ingeniería se realiza en muchos países dependiendo de los paquetes. Por ejemplo, empresas como Técnicas Reunidas o Sener, cuando hacen un proyecto en Arabia Saudí, no les dan todo el proyecto, les encargan por ejemplo la sala de controles. En ese tipo de trabajos nosotros estamos muy bien posicionados a nivel internacional, y vemos que ahí va a haber un crecimiento importante, porque yo creo que Euskadi y España se están dotando de importantes ingenierías, y muchos de los proyectos más importantes a nivel mundial se van a desarrollar aquí.
La innovación es inherente a su actividad. ¿En qué situación se encuentra Euskadi?
-Desgraciadamente, en el furgón de cola. Yo llevo siete años al frente de Roxtec y exceptuando el sector naval, que tecnológicamente es el más avanzado, es ahora cuando vemos que el producto tiene un cierto calado y que la gente nos contempla como una solución que inicialmente puede suponer un incremento de costo, pero que a lo largo del ciclo de vida del producto les genera ahorros importantes.
Las instituciones vascas se han marcado como objetivo atraer inversión exterior. ¿Qué aspectos deberían reforzar?
-Lo que hay que potenciar es la transparencia, sobre todo en instituciones tecnológicas medio públicas. Sigo creyendo que los centros de investigación tienen que estar abiertos a todas las empresas y tienen que ser totalmente transparentes, deben responder a necesidades no individuales sino colectivas y de país. Creo que todavía hay mucha gente que hace mucho de todo, pero no hay uno bueno que haga algo concreto. Tenemos que buscar sinergias, yo prefiero tener un grupo que trabaje en conjunto hacia un objetivo común que ver tres o cuatro haciendo lo mismo y no llegando a ningún sitio.
¿Y qué se está haciendo bien?
-Organizaciones como la SPRI son muy difíciles de encontrar en otros sitios. El grado de implicación que tiene el Gobierno Vasco y las diputaciones de cara a fomentar la innovación y que las pymes puedan evolucionar e ir al extranjero yo no lo he visto en otro sitio. Una de las razones de que estemos aquí es que la SPRI ha intercedido para que vengamos y eso es muy destacable. Hay empresas que se han deslocalizado y veo a muchos de estos agentes a nivel institucional preocupados de cara al futuro y quieren invertir para que se innove y se generen nuevas iniciativas empresariales de cara a repoblar las empresas que se están marchando.
Casos como el de Arcelor cuestionan la presencia de capital extranjero en Euskadi y el peligro de que se genere dependencia. ¿Qué opina sobre este fenómeno?
-Sé que son momentos duros, pero yo creo que las instituciones tienen que fomentar la atracción de empresas, no sé si con ayudas fiscales o dando otro tipo de facilidades. Traer una empresa influye positivamente también en la hostelería, en proveedores, etc. Hay que entender la incorporación de empresas extranjeras como un beneficio, y para que no se vayan, una fórmula es incorporarlas dentro de la Red Vasca de Tecnología, por ejemplo. No se puede dejar la red tecnológica vasca solamente para las cuatro empresas de aquí. A mí me gustaría que Roxtec se incorporara dentro de la Junta del Patronato de IK4 o de Tecnalia, porque además así serían totalmente transparentes. Al final, se trata de implicar a la empresa en el entorno, formar un equipo trabajando con nosotros y haciéndonos partícipes. Si tienes a multinacionales como figura decorativa, si no se sienten como parte del sistema, se pueden acabar yendo.
¿Cuáles son las ventajas de pertenecer a un gran grupo?
-No sé si es ventaja o no, pero te da otra perspectiva y una ampliación de miras. He trabajado en otras empresas, y en comparación con las firmas a nivel nacional, destacaría la seriedad de las empresas suecas. También me gustaría subrayar su preocupación por cuidar mucho a los trabajadores. Yo he aprendido mucho en cuanto a la gestión de personas y en cómo cambiar el estilo autoritario a un modelo mucho más participativo.