Madrid - El expresidente de Caja Madrid Miguel Blesa, al que la Fiscalía pide 6 años de prisión por apropiarse de 436.000 con las denominadas tarjetas black, admitió ayer que él era el que fijaba “el sistema y la cuantía de la compensación mediante tarjeta” a los consejeros y directivos. Además, aseguró que las tarjetas opacas eran una modalidad para “dignificar” la retribución a los consejeros y directivos conocida dentro y fuera de la entidad y sobre las que ni el Banco de España ni Hacienda “pusieron nunca tacha alguna”.

Blesa tildó de “muy graves” las acusaciones y, en tono irónico, preguntó “cómo en 23 años hay alguien que pueda decir que se puede esconder esta práctica en una organización de miles de personas”. “Tengo la plena convicción de haber actuado legítimamente”, insistió el expresidente de la entidad en relación a “una práctica ejercitada por el anterior presidente (Jaime Terceiro) a partir de 1988, y cuando yo me incorporé en 1994 no la modifiqué”.

“No me puse a revisar acto a acto dentro de la caja si todo estaba respaldado por acuerdos” porque cuando uno se incorpora a una entidad “tricentenaria” así, “lo hace con un principio de confianza” aunque “jamás hubo objeción alguna a la política retributiva de Caja Madrid” durante su mandato. De hecho, si bien Blesa no se atrevió a decir que en la época de Terceiro “todo el mundo tuviera tarjeta de uso retributivo” sí aseguró que existían y que fue su antecesor quien puso un límite “que nunca amplió” porque no era necesario, “nunca se superaba”, pero esa cuantía “no se ajusta a la realidad”.

aumento del efectivo Los incrementos de límite de gasto se fueron produciendo porque “la caja no era la misma que en 1988; en 2009 tenía 200.000 millones de euros, había doblado su balance en tres años y se estaban acompasando las retribuciones según la implicación” de cada uno. No obstante, según Blesa, nadie pidió que su retribución fuese ampliada sino que se modificara su límite operativo mensual, una práctica “del día a día”, aunque a final de año los gastos no podían superar las cuantías anuales establecidas.

Asimismo, aseguró que las tarjetas “claro que se veían”, y añadió que si la auditoría encargada a Bankia tenía dudas acerca de su naturaleza, “podía haber ido al plan contable de la caja”, por lo que ha calificado las acusaciones que pesan sobre él de “muy graves”. Según explicó, los auditores “lo conocían todo perfectamente, cuál era el tratamiento fiscal, todos los conceptos, todo, pero luego lo omiten en el informe que se envió al FROB y que sirvió de base para la acusación”.

Además subrayó que los propios informes de gobierno corporativo que Caja Madrid remitía a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) incluían de forma agregada los gastos de las tarjetas dentro de la partida de retribuciones. Por lo que respecta a la fiscalidad de los gastos efectuados con las tarjetas, Blesa señaló que “estábamos en la creencia de que esa retención se estaba practicando”.

Sobre los documentos de Excel aportados por Bankia, Blesa dijo que contienen “numerosas inexactitudes, ya que uno no tiene el don de la ubicuidad para estar en varios sitios a la vez”. También aseguró que las hojas de cálculo Excel no son un “documento mercantil ni de un movimiento de cuenta o una suma de extractos bancarios”, por lo que Blesa no reconoce los gastos que en ellas aparecen ya que no puede “contrastarlos”.

Blesa empleó los últimos minutos de su comparecencia para advertir de que al permitir el uso de las visas “ejercitaba una facultad que era propia del presidente” como ya hizo su antecesor, Jaime Terceiro. “Ni los órganos internos de auditoría ni tampoco los externos -los auditores, el Banco de España y Hacienda- pusieron alguna pega al concepto de gasto ni a la forma de contabilización”, dijo. “No me planteé la ilegitimidad de nada de lo que estaba ocurriendo ya que para ello había unos servicios que podían haberme advertido”, agregó Blesa. Tras su declaración, el tribunal presidido por la juez Ángela Murillo suspendió la sesión que se reanudará el próximo martes con la declaración de su sucesor al frente de la caja, Rodrigo Rato. - Efe/E.P.