Más años cobrando. La esperanza de vida en la Comunidad Autónoma Vasca ha subido desde los 74,77 años en 1980, a los 76,98 en 1990, los 79,63 en 2000 y a los 83,15 años en 2015. Ello supone que un pensionista de los años ochenta estaba cobrando de media unos 9 años y ahora unos 18 años, casi el doble. Ello supondría que un jubilado actual, con la pensión media de jubilación en Euskadi de 1.120 euros al mes, percibe desde que deja el mercado laboral hasta su fallecimiento unos 280.000 euros.

Jubilados. En el Estado hay 9,4 millones de pensionistas pero crecerá hasta cerca de 16 millones en 2042.

España se perfila como el país de entre las grandes economías occidentales que “en 2035 contará con un porcentaje más elevado de trabajadores mayores de 55 años, y el segundo después de Alemania en número de jubilados por ocupado”, según el FMI.

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Los trabajadores españoles se jubilarán a los 67 años de edad en el horizonte de 2027 con la última reforma

BILBAO - El envejecimiento de la población europea está disparando el gasto en pensiones dado que los trabajadores jubilados cada vez cobran más tiempo una pensión pública al aumentar la esperanza de vida de los ciudadanos. Para intentar equilibrar la factura hay dos vías: aumentar las cotizaciones y/o reducir las prestaciones. Y algunos como el Bundesbank, el banco central de Alemania, parece abogar, de manera indirecta, por esta última vía al proponer retrasar aún más la edad de jubilación hasta situarla en los 69 años de edad, con lo que las prestaciones absolutas que percibiría un trabajador desde su jubilación a su fallecimiento serían menores.

El problema es que la iniciativa de retrasar la edad de jubilación que, a priori, pudiera ser positiva para las cuentas públicas tiene una contrapartida también económica y es que, según un informe del FMI, las plantillas envejecidas reducen la productividad de una economía.

Por mucha experiencia y conocimientos que pueda acumular un trabajador, una persona con edades cercanas a los 70 años rinde menos en muchas labores profesionales que uno de 30 años, por razones puramente físicas, por no hablar del incremento de las bajas laborales que se puede producir por los achaques propios de la edad. Y ello también tiene un coste para la Seguridad Social y para las empresas que algunos se resisten a meter en la ecuación. Y en este sentido, el informe del FMI señala de los efectos negativos sobre la productividad de las economías de la Eurozona derivadas del continuo envejecimiento de las plantillas de las empresas, proceso que se acentuaría si se retrasa más la edad del retiro del mercado.

Para el FMI, un trabajador aumenta la productividad hasta los 50 años de edad, luego una salud más frágil y una inadaptación a los cambios hace decaer su productividad con un efecto negativo sobre la economía. En todo caso, el informe del Fondo Monetario Internacional señala que existen medidas políticas que pueden paliar el recorte de la productividad asociada a la edad elevada: un sistema de salud fuerte con una alta tasa de médicos por habitante, y un mercado laboral en el que la formación continua sea una constante que reduzca la brecha tecnológica que en muchos casos acumulan los empleados de más edad y les permita así adaptarse a los requisitos que demanda el mercado.

Con todo, el Bundesbank alemán ha reabierto el debate sobre la elevación de la edad de jubilación al proponer subirla hasta los 69 años de edad, algo que no es un asunto menor en ningún caso.

En Euskadi, sin ir más lejos, la esperanza de vida se ha elevado de los 74,77 años de media en 1980 a los 83,15 años en 2015. Ello supone que un trabajador jubilado en el citado 1980 estaba menos de 10 años percibiendo una pensión. En cambio, ahora, en 2016, un trabajador vasco que se jubile se pasa 18 años cobrando una pensión.

Simplificando y, por ejemplo, teniendo en cuenta que la pensión media de jubilación en la CAV al cierre del primer semestre era de 1.120 euros al mes, un pensionista medio vasco cobraría unos 282.000 euros en los 18 años que transcurren desde que deja la vida laboral hasta su fallecimiento. Rebajar este coste medio de cerca de 300.000 euros por jubilado está detrás de estas iniciativas aunque fuentes sindicales vascas no cesan en señalar que detrás de las propuestas como la del Bundesbank hay también un componente ideológico de ciertos sectores de la sociedad para socavar el sistema público de pensiones en favor de uno privado que generaría pingües beneficios a bancos y aseguradoras.

Según el Bundesbank, el sistema de pensiones público correría el riesgo de arruinarse en el futuro si el Gobierno federal alemán no adopta medidas para elevar la edad de la jubilación. “No hay que ocultar el hecho de que son inevitables nuevos ajustes para garantizar la sostenibilidad financiera”, señala el informe. “Tampoco debería ser tabú hablar de afrontar una vida laboral más larga”, añade el banco central. Hoy en día el Gobierno alemán ya contempla subir la edad de jubilación desde los 65 años hasta los 67 en el horizonte de 2030 manteniendo una cotización del 22% del salario. Pero el Bundesbank cree que esta subida no será suficiente para que se puedan mantener las pensiones públicas al nivel que pretende -que asciendan al menos al 43% de los ingresos medios- a partir de 2050.

En este sentido, en el Estado español también se ha aprobado elevar progresivamente la edad de jubilación hasta los 67 años de edad a partir de 2027 con el fin de intentar que la factura de las pensiones no siga creciendo a las tasas actuales porque las previsiones señalan que en 2042 existirán más de 15 millones de pensionistas en el Estado algo que no sería un mayor problema si hubiese más de 30 millones de trabajadores activos pero esto parece imposible a día de hoy.

Con 9,4 millones de pensionistas en el conjunto del Estado, -de ellos 536.000 en la CAV-, y solo 17,6 millones de afiliados a la Seguridad Social, financiar las pensiones solo con las cotizaciones sociales es imposible. De hecho, el Bundesbank además de proponer elevar la edad de jubilación también aboga por incrementar las cotizaciones hasta un 24% desde el 18,7% actual.

En todo caso, está claro que buena parte de la sociedad europea no está por elevar a los 69 años la jubilación, ni en Alemania, “un obrero, una vendedora, una enfermera, van a percibir esto de elevar la edad a los 69 años como una idea demente y yo pienso lo mismo”, afirmó el ministro de Economía, Sigmar Gabrielidit; ni en España, “la propuesta del Bundesbank es una medida impensable en un país como España en el que la mayor parte de los parados de larga duración son mayores de 55 años y más de la mitad de los jóvenes carecen de empleo”, destacó Cristina Antoñanzas, del sindicato UGT.