BILBAO - La tasa de morosidad bancaria sigue reduciendo su presión sobre el sistema bancario y se situó en junio en el 9,44% en el conjunto del Estado. Es el cuarto mes consecutivo que el dato cierra por debajo de los diez puntos básicos, pero se observa cierta desaceleración en la bajada. El ratio se redujo en un 2,38% a lo largo del año pasado, pero en el primer semestre de este curso el ritmo de descenso ha sido del 0,68%.
En medio de esa tónica general destaca el comportamiento de la banca vasca. Sobre todo de Kutxabank, que ha mejorado su mora en 1,24 puntos. Laboral Kutxa también se sitúa por encima de la media (0,89%). Ambas entidades financieras tienen una morosidad inferior a la del conjunto del sector, que todavía tiene en su balances créditos dudosos por valor de 122.508 millones de euros, según datos del Banco de España hechos públicos ayer.
Son los préstamos que han tenido algún tipo de impago o los que son señalados por los bancos porque despiertan dudas sobre su cobro en el futuro. Tras el rescate bancario y la reforma del sistema financiero, la morosidad alcanzó su máximo en 2013 con más de 197.300 millones en préstamos de riesgos y una tasa de mora del 13,6%. La situación ha mejorado notablemente desde entonces, si bien, al margen de la recuperación de la economía, también ha sido fruto de algunas modificaciones normativas. Entre ellas, un cambio metodológico de la estadística, la exclusión de los establecimientos financieros de crédito (EFC), compañías especializadas en la concesión de préstamos rápidos y que tienen una tasa de impagos más elevadas. Además, la creación del banco malo, Sareb, supuso el traspaso de más de 50.000 millones de activos problemáticos.
Hay otras cuestiones que también han contribuido a diluir el impacto de los créditos dudosos como el incremento del volumen de préstamos, pero la calidad del crédito continúa mejorando paulatinamente en el Estado. En lo que va de año se ha reducido en casi 12.000 millones el riesgo y si se amplía la vista se ha atajado la morosidad en 26.797 millones.
En ese contexto, los ratios de las entidades vascas son muy inferiores a los del conjunto del sistema. Laboralkutxa es uno de los mejores alumnos de la clase con una tasa de morosidad del 6,51% y Kutxabank está muy cerca con el 7,41%. Ambos mantienen un buen perfil de riesgo sin haber recibido ningún tipo de ayuda pública y sin haberse beneficiado de la quita que supuso el travase de activos tóxicos a Sareb.
recuperación económica La clave, sostienen desde el sector, es la mejor situación de partida de Euskadi y la recuperación económica. El clima de mejora continúa y permite a las entidades que tienen su núcleo de negocio en la CAV seguir avanzando en la reducción del crédito dudoso.
Algo similar ocurre con CaixaBank y su exposición a Catalunya, que le permite situarse en el 7,3%. El Sabadell Guipuzcoano ha logrado reducir casi a la mitad su tasa desde 2014, pero en su caso recibió ayudas cuando integró en su estructura a dos entidades intervenidas por el Estado, Caja del Mediterráneo y Banco Gallego.
Los grandes bancos se mueven en línea con la media en el Estado, pero sus balances globales tienen otro tono. En el caso de BBVA, su tasa de riesgo ronda el 9,5% en el Estado y, en cambio, en el balance solo figura un 5,1% debido a su actividad internacional. Los analistas aseguran que la situación continuará mejorando. Sobre todo porque todavía hay margen hasta llegar al mínimo histórico de diciembre de 2006, cuando la mora rondaba el 0,7%.
millones de euros. La banca española todavía tiene en sus balances más de 122.000 millones de euros en créditos de dudoso cobro. La tasa de morosidad bajó en junio hasta el 9,44%, cerca del nivel del 9,42% registrado en junio de 2012.