BILBAO - La economía española ve más sombras que luces cuando mira hacia el futuro. Al margen de otras amenazas, dos cuestiones muy concretas están cambiando el horizonte: el impacto de la salida británica de la Unión Europea y el recorte del gasto que tendrá que acometer el próximo Gobierno español por los nuevos objetivos del déficit. Los analistas están recalibrando los mecanismos con los que calculan las previsiones del PIB con esos dos amargos ingredientes.

En el caso del Banco Bilbao Vizcaya Argentaria la nueva lectura apunta a un frenazo que recorta en casi cuatro décimas las estimaciones anteriores. En esa línea, BBVA Research advirtió ayer de la inercia “a la baja” de la economía española, que es cada día más “vulnerable”.

El Servicio de Estudios de la entidad financiera dibuja un complejo horizonte el próximo año, cuando tanto el Brexit como los ajustes presupuestarios pasarán factura. Hasta que llegue ese momento, los vientos estarán a favor. En un escenario político plagado de incertidumbres el consumo interno sigue tirando de la economía y las exportaciones mantienen el buen tono del arranque del ejercicio.

BBVA Research estima que ese dinamismo podría incluso elevar el ritmo actual del PIB de modo que mejora su previsión para este año desde el 2,7% de hace tres meses hasta el 3,1%. Ese listón se sitúa dos décimas por encima del pronóstico del Gobierno central y no se descarta que se pueda avanzar hasta el 3,2% si en el tramo final del año el dinamismo se mantiene y no surgen nuevos obstáculos.

Los problemas empiezan a partir de ahí y de cara a 2017 todo cambia. Por ello, BBVA prevé un crecimiento para el próximo curso del 2,3%, en línea con la última revisión del Ejecutivo, pero cuatro décimas por debajo de lo que se intuía antes del referéndum británico y de conocerse los nuevos deberes impuestos por los socios del euro.

El economista jefe de Economías Desarrolladas de BBVA Research, Rafael Doménech, señaló ayer en la presentación del informe que “la vulnerabilidad de la economía española aumenta” y “numerosos elementos anticipan sesgos a la baja en 2017”. Como contrapeso “es necesario tener certidumbre lo más pronto posible sobre las políticas a implementar los próximos años”. En otras palabras, cuanto antes se forme el nuevo gobierno menor será el impacto de esos dos nuevos elementos perturbadores. La desaceleración prevista hasta ahora para 2017 se debía a las peores perspectivas del sector exterior. Todos los países se están viendo afectados por el parón de EEUU y los riesgos en Europa, lo que deteriora las perspectivas de las exportaciones españolas.

Impacto del ‘brexit’ Pero el Brexit tendrá un efecto a corto plazo sobre el PIB español de entre tres y cuatro décimas en 2017, debido a la volatilidad generada en los mercados y al lastre que se supondrá para las exportaciones la menor demanda británica y la depreciación de la libra. Además, como ya ocurrió en 2012, España verá mermada su capacidad de crecimiento por la necesidad de realizar ajustes para lograr ceñirse a los objetivos de déficit público.

BBVA Research cree que el objetivo del 4,6% del PIB para este año es “creíble” dadas las medidas tomadas hasta el momento y las perspectivas de crecimiento para el año. Para 2017, estima que el ciclo económico continuará corrigiendo el deterioro en las cuentas públicas, aunque avisa de que “es un escenario sin cambios en la política fiscal, el déficit se reduciría solo al 3,6% del PIB, en lugar de al 3,1% del PIB”. En ese escenario, si los impuestos no suben, el futuro Gobierno deberá tomar medidas de ajuste “que garanticen una corrección duradera”. El problema es que si se cumplen “estrictamente las políticas anunciadas, el gasto público se ajustaría en el segundo semestre del año y lastraría el crecimiento de la demanda interna”.

En cuanto al bajo precio del petróleo, otro de los elementos que impulsan la economía española, BBVA considera que el barril de crudo se situará en 44 dólares a finales de este año y se encarecerá hasta los 53 dólares el próximo. El impacto positivo del petróleo se frenará y será del 0,6% para este bienio, cuando hace seis meses se estimaba que sería del 1,2%.

De este modo, la previsión de que el BCE mantenga los tipos bajos “por un período prolongado de tiempo” se convertirá en el principal apoyo del crecimiento de España. Como resultado se crearán 800.000 puestos de trabajo entre 2016 y 2017 y la tasa de paro se reducirá hasta el 18,5% en 2017 -incluso inferior al 18% a finales del próximo año-, por encima eso sí del 16,6% que espera el Ejecutivo en funciones.