Madrid - La Hacienda española dejó de ingresar el año pasado cerca de 7.900 millones de euros por la rebaja fiscal que aprobó el Partido Popular a las puertas de la primera vuelta de las elecciones generales. El Gobierno de Rajoy no sólo llegó a la cita con las urnas del pasado mes de diciembre con la promesa de reducir la presión fiscal bajo el brazo, además aceleró a partir de julio el calendario de la bajada. El resultado fue un descosido de 7.846 millones en el traje fiscal del Estado que contrasta con los 10.360 millones en los que desbordaron el déficit el conjunto de administraciones del Estado.

España se ha salvado sobre la campana de una multa de más de 2.000 millones por ese desfase y el próximo Ejecutivo central deberá asumir un extraordinario ajuste en sus cuentas los dos próximos años para cubrir con los nuevos objetivos impuestos por los socios del euro. Al mismo tiempo, pese a que técnicamente no se pueda hablar de un rescate, los hombres de negro revisarán trimestralmente las cuentas del Estado y seguirán de cerca la política de gasto para evitar otro incumplimiento.

Precisamente la Unión Europea declaró ayer oficialmente que España queda libre de la multa a cambio de unos deberes más que complicados. De partida, el próximo Gobierno tendrá que hacer un ajuste de más de 10.000 millones los dos próximos ejercicios. La primera tarea del nuevo Ministro de Hacienda será enviar a Bruselas antes del 1 de octubre un proyecto de Presupuestos recortado y sólo podrá negociarlos y aprobarlos si los números convencen a la Comisión Europea.

Sin embargo, el recorte será mayor porque la nueva senda de consolidación fiscal obliga a pasar del déficit del 5,1% registrado en 2015 a un 2,2% en 2018. Eso supone que España debe corregir la desviación de sus cuentas en cerca de 24.000 millones. Para hacerlo, entre otras cuestiones, la Unión Europea ha recomendado una subida fiscal y el PP ya ha reconocido que si vuelve a gobernar tendrá que incumplir su promesa electoral de volver a bajar impuestos y hacer todo lo contrario.

La huella de la rebaja fiscal Sí cumplió con el compromiso en la legislatura pasada dejando una profunda huella en los ingresos del Estado. Es una de las conclusiones a las que ha llegado la Agencia Tributaria Estatal en su informe anual, que recuerda que las modificaciones de los cinco ejercicios anteriores tuvieron un impacto positivo en Hacienda de 37.624 millones. Esa tendencia se rompió en 2015 con la última reforma fiscal, que también está afectando a los ingresos de este año en el que se ha registrado una ligera bajada de la recaudación (-0,5%) en el primer semestre del año.

Mariano Rajoy lo fio todo a la recuperación de la economía y de hecho los ingresos crecieron un 4% en 2015 con el Producto Interior Bruto avanzando a velocidad de crucero (3,2%). El caso es que el objetivo era mucho más ambicioso: se recaudaron 182.009 millones de euros pero los Presupuestos se habían elaborado en torno a una previsión de 186.112 millones. La desviación fue de algo más de 4.100 millones y el Gobierno central se vio obligado a cerrar el grifo del gasto para cumplir con su objetivo de déficit. Lo consiguió con creces, pero la mayoría de los gobiernos autonómicos de régimen común -todos menos Euskadi y Nafarroa- no pudieron hacerlo y culparon al sistema de financiación del Estado.

Al mismo tiempo, el agujero de la Seguridad Social siguió creciendo el año pasado y apunta a desajuste récord este año añadiendo más tensión al cumplimiento del objetivo del déficit del conjunto del Estado. En medio del debate sobre la necesidad de establecer nuevas vías de financiación para las pensiones -entre ellas un impuesto ad hoc- los populares han apostado por la rebaja de las cotizaciones sociales como fórmula para la creación de empleo sin que los puestos de trabajo creados hayan generado los ingresos suficientes para estabilizar el sistema.

Todas esas cuestiones suman y ponen obstáculos en una senda fiscal ya de por sí complicada por la incapacidad de las administraciones del Estado de reducir todo lo que se les exige el agujero presupuestario.

En cuanto al detalle del impacto negativo de la última reforma fiscal, el Impuesto sobre la Renta es el más afectado, con una caída de más de 4.800. No obstante, la devolución a los funcionarios de la paga extra suprimida en 2012 permitió a Hacienda ingresar 350 millones y la rebaja en las deducciones por vivienda generó otros 90 millones, con lo que se amortiguó en casi 500 millones el impacto.

El ministro de Hacienda, Cristóbal Montoro, asegura que sin su rebaja fiscal la economía no habría crecido más de un 3% el año pasado, pero esas modificaciones mermaron en más de 3.000 millones el Impuesto de Sociedades, el tributo que grava los beneficios de las empresas.

El IVA a su vez se dejó más de 700 millones por un cambio en la liquidación del impuesto en el ámbito de la importación que permite a las empresas recuperar parte de los impuestos que pagan en la aduana. Esa modificación supuso una caída de 1.162 millones que absorbió el impacto positivo de 387 millones que supuso el incremento del IVA en algunos productos sanitarios.

El PP ya ha anunciado que si sigue en La Moncloa desandará parte del camino iniciado el año pasado y subirá Sociedades en 2017 y en Europa se presiona para que aumente el IVA.

4.813

millones de euros fue el impacto negativo en 2015 de la rebaja fiscal del PP en el IRPF. La mayor merma se produjo en las retenciones de trabajo. La recuperación de la paga extra suprimida en 2012 a los funcionarios y la rebaja de la deducción por vivienda amortiguaron la caída. Impuesto de la Renta

Retenciones de trabajo-3.822

R. activ. profesionales-453

Retenciones de capital-271

Deducciones familiares-267

Extra 2012 de funcionarios 349

Rebaja deducción vivienda90

Impacto de la rebaja -4.374

3.041

millones dejó de ingresar el Estado por las modificaciones aplicada en el impuesto que grava los beneficios de las empresas. Impuesto de Sociedades

Retención y pago frac.-1.089

Ded. gastos amort.-1.871

Resto-81

710

millones dejó de ingresar el Estado por el nuevo IVA de importación, que absorbió el aumento de los tipos reducidos.