BILBAO - En una reunión maratoniana, que duró prácticamente todo el día de ayer, la dirección y el comité de la ACB alcanzaron un preacuerdo con base en el plan industrial de la empresa para poner en marcha la acería dos fines de semana al mes a partir de julio. Como se esperaba, la dirección rechazó de manera frontal la propuesta del comité, que permitía el mantenimiento de toda la plantilla, pero devolvió la pelota al tejado de los sindicatos con una última oferta mejorada en el aspecto social ya que no incluye rebajas salariales. Ante el riesgo de ver rotas definitivamente las negociaciones, CCOO y UGT aceptaron el mal menor de producir de manera intermitente unas 10.000 toneladas al mes con 150 empleados, mientras que la otra mitad de la plantilla seguirá en ERE.
La asamblea deberá ahora aprobar o rechazar el preacuerdo cerrado ayer por empresa y sindicatos, un trámite vital para determinar el recorrido de la propuesta de la multinacional. La parte social ha arrancado algunas mejoras en el trayecto, que se concretan en que finalmente se respetarán los salarios -se había planteado una rebaja del 15%- y el complemento de quienes permanecen en el ERE.
Pero la base del preacuerdo es la misma que la empresa ofertó en marzo y que, como adelantó entonces este diario, busca concentrar la producción en dos fines de semana cada mes para sacar adelante algunos pedidos concretos aprovechando el descenso de la factura eléctrica de viernes a domingo.
En marzo, cuando la acería llevaba parada poco más de un mes, el comité recibió la propuesta de Arcelor con frialdad. Las 10.000 toneladas mensuales que se fijaban como producción máxima estaban muy por debajo de las expectativas sindicales, que han elaborado su propio plan industrial para sacar adelante entre 70.000 y 80.000 toneladas de bobinas al mes manteniendo la totalidad de la plantilla, unos 300 trabajadores, así como la reincorporación de todas las contratas anteriores al inicio de la parada.
Pero la contrapropuesta sindical ha tenido escaso recorrido y ayer mismo por la mañana la dirección de la fábrica sestaoarra descartaba cualquier aproximación a ese modelo al entender que no es viable. Con el planteamiento sindical para retomar la actividad sin ajustes en el cajón, la compañía hizo una última oferta muy cercana al plan presentado en marzo. Hacia el mediodía, con ambas partes aun reunidas, fuentes de la multinacional transmitían su intención de resolver la ronda de negociaciones a lo largo del día. En caso de no haber entendimiento al finalizar el encuentro, las conversaciones entrarían en vía muerta y la acería vizcaina volvería a entrar en un escenario de parada indefinida.
Todos los representantes de los trabajadores entendieron el mensaje empresarial como un ultimátum, al que los delegados de LAB respondieron levantándose de la mesa y abandonando la reunión. En cambio, CCOO y UGT, que suman mayoría, optaron por agarrarse a esa última oportunidad y alcanzaron un preacuerdo -ELA no lo firmó- en base a la fórmula defendida por la compañía. Por la tarde, las dos centrales redactaron junto con la dirección la letra pequeña de un texto que será sometido esta semana a votación de la plantilla. Fuentes sindicales aseguraron que la dirección planteó que, si no había luz verde al plan de fines de semana, la ACB estaba condenada al cierre, si bien la empresa no confirmó este extremo.
Aunque el presidente del comité, Juan Carlos Díaz, pide prudencia y explica que todavía es pronto para hablar de preacuerdo ya que falta conocer la voluntad de la asamblea, fuentes de la acería señalaron que, siempre que los trabajadores den su visto bueno, la intención es comenzar ya en junio a preparar los equipos de trabajo para retomar la producción el primer o el segundo fin de semana de julio. En un principio saldrían del ERE en torno a un centenar de personas, además de otros cincuenta trabajadores que pasarían a una bolsa para reforzar los turnos de mayor actividad.
a expensas del mercado Si finalmente sale adelante este plan de producción parcial, los hornos de la ACB volverán a encenderse este verano aunque a un nivel muy por debajo de su capacidad. La emblemática factoría salvaría el cierre, un agujero al que ya ha caído la planta de ArcelorMittal en Zumarraga, pero tampoco hay un compromiso de continuidad por parte del gigante siderúrgico.
La firma defiende que este plan es el único viable y que será la evolución del mercado la que determine si se puede incrementar el volumen de producción más adelante. También hay intención de trasladar el plan al Gobierno Vasco para recibir su apoyo, aunque desde Lakua se ha venido reclamando un compromiso de continuidad que, por ahora, Mittal no está dispuesto a ofrecer.
Producción. El plan que se llevará a la asamblea de trabajadores incluye una producción de 10.000 toneladas repartida en dos fines de semana cada mes. En turnos de 12 horas, los hornos se encenderían el viernes a la noche hasta el domingo para aprovechar el menor coste energético.
Mejoras sociales. Trabajarían un centenar de empleados, y otros 50 entrarían en una bolsa para los picos de actividad. No habrá rebajas salariales como se había planteado. El resto seguiría en ERE, con el mismo complemento del 90% del salario.
En julio. Si la plantilla da su visto bueno, se empezaría a producir el primer o el segundo fin de semana de julio.
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Meses parada ha cumplido la ACB este pasado fin de semana.