BILBAO - Hoy se inaugura en el recinto ferial del Bilbao Exhibition Centre (BEC) la 29ª edición de la Bienal de Máquina Herramienta (Biemh), el mayor evento industrial del Estado español y uno de los tres mayores certámenes de Europa en el sector. El lehendakari, Iñigo Urkullu, realizará a las 11.00 horas la apertura oficial de una feria que cuenta con más de 1.500 empresas expositoras procedentes de 27 países y que, según, Xabier Ortueta, el director general de la AFM, la Asociación de Fabricantes de Máquina Herramienta, “será la mejor de los últimos años”.
¿Cómo se presenta la Bienal de Máquina Herramienta 2016?
-La BIEMH va a ser un éxito, contamos con un plantel expositivo de lujo en todos y cada uno de los subsectores que llenan la feria en esta edición. Como singularidad quiero destacar que se van a poder ver más de 1.200 máquinas y equipos físicamente, con la inversión que eso supone. Contamos por lo tanto con una muestra espectacular del sector de máquina herramienta, pero también equipos de fabricación aditiva en la nueva Feria ADDIT3D, y todo un mundo de soluciones de automatización, software, etc. En esta edición destacarán ya algunas aplicaciones de industria digital. La muestra de producto es importante en una feria de máquina herramienta, el cliente quiere ver y tocar lo que cada fabricante es capaz de hacer, y ya que las empresas no tienen producto en stock para enseñar, y en casa del cliente es complicado, la feria es ideal.
¿Cómo se ha iniciado 2016 para el sector de máquina herramienta? -El sector comprende diversos subsectores, como son las máquinas, sus componentes y accesorios y las herramientas de corte. Las máquinas son equipos de alto valor unitario y con periodos de maduración largos, por lo que el buen comportamiento de los pedidos en 2015 (+13% ) hace que los fabricantes tengan una interesante carga de trabajo. Algo similar les pasa a los componentes. Las herramientas dependen más de la situación general de la industria manufacturera y el comienzo del año está siendo razonablemente bueno. Siguiendo el análisis, es necesario decir que la captación de pedidos de máquinas en el primer cuatrimestre es ligeramente inferior (-5%) al de 2015, como resultado de la convulsa situación de los mercados a nivel internacional. Con todo, nuestra previsión es que el año termine con datos similares o algo superiores en términos de facturación a los registrados en 2015, alrededor de un 5%. En el caso de las exportaciones, se mantendrán en niveles altos similares a los de 2015, y esperamos seguir creciendo algo en consumo interior.
¿Puede suplir el mercado interno español los recortes de inversión en países como China o Brasil?
-La realidad nos demuestra que las caídas fuertes en los mercados importantes (como sobre todo es China) no se suplen por la demanda de un solo país. Afortunadamente, el sector ha digerido ese descenso con el mercado doméstico, sí, pero también con comportamientos interesantes en otros entornos como el área Nafta o algunos otros países de Europa como Francia e Italia.
En relación a los años previos a la crisis, ¿cómo está el nivel de consumo de máquinas en España?
-La caída fue muy relevante, y España ha dejado de invertir en equipamiento productivo durante casi cinco años. La recuperación se empezó a dar a partir de 2014, y por ahora estaríamos casi un 25% por debajo de los niveles medios que hemos tenido en otras épocas, y casi un 40% por debajo de los mejores años. Si hablamos en términos absolutos, el sector en su conjunto, sumando mercado interior y exportación, a nivel de facturación está ya casi alcanzando las cifras previas a la crisis. Quizás cerremos ese capítulo este año.
¿Es necesario un ‘plan Renove’ de máquina herramienta en España para ayudar a relanzar la competitividad de las empresas?
-Creo que si queremos tener una industria verdaderamente competitiva, hay que seguir apostando decididamente por apoyar la inversión en bienes de equipo productivos con alto efecto multiplicador. Los ratios de consumo de máquina herramienta per cápita de España no son razonables para un país que quiera ser económicamente equilibrado. El tema es fácil de entender, no invertir en máquinas es para la industria como no enviar a los niños al colegio para una sociedad. Visto de otra forma, si asumimos que para ganar una carrera el coche es una pieza fundamental, ¿qué nos hace pensar que para ganar la carrera de la competitividad el asunto es diferente? Las empresas de fabricación avanzada necesitan los equipos más modernos para poder competir. Las herramientas principales son dos: los planes Renove, que tan bien han funcionado en Euskadi (con poco más de 40 millones de euros, se han traccionado casi 500 millones de inversión), y los incentivos fiscales por reinversión de beneficios en equipamiento productivo.
¿Qué se puede hacer para incentivar la industria tanto en Euskadi como, sobre todo, en el Estado a la vista de la pérdida de peso en el PIB?
-Es cierto que el País Vasco es más consciente de la relevancia que tiene la industria para el tejido económico en general, y aunque todo es mejorable, la colaboración público-privada ha sido una de nuestras virtudes durante esta dura crisis. El reto es complejo. Hay que trabajar muchos planos. En primer lugar es necesario cuidar el tejido industrial existente y fomentar su competitividad. También es preciso enraizar la cultura industrial prestigiándola, sabiendo que una economía sana y equilibrada necesita un buen porcentaje de PIB industrial. Los dos aspectos anteriores son fundamentales para crear vocaciones industriales entre los jóvenes, otra de las claves. No hemos de olvidar el impulsar la internacionalización y la I+D+i, y por último el sistema educativo a todos los niveles debe ser excelente para preparar las mejores personas para la industria. Ya ves, casi nada. Creo que sin embargo cada vez somos más los que compartimos esta visión.
El sector de máquina herramienta exporta el grueso de su producción. ¿Tienen masa crítica suficiente las empresas vascas para competir en un mercado global?
-Para competir globalmente, es cierto que se necesita músculo. Pero busquemos otro término. Me gusta más hablar de tamaño mínimo eficiente. Cada tipo de sector tiene características singulares, y cada producto y enfoque de empresa da una resultante de tamaño distinta, por lo que hablar, en general, de tamaño no es apropiado. Dicho esto, para cada caso tener ese tamaño mínimo para ser eficiente o competitivo es relevante, la empresa ha de poder atraer a personas preparadas, invertir en equipamiento, en I+D y en explorar mercados. Otro aspecto a tener en cuenta es la robustez del balance, todas estas inversiones se sustentan en la parte derecha del balance de las empresas, y esa debe ser fuerte. Para eso necesitamos ser rentables. Por supuesto, la cooperación e incluso las integraciones empresariales ayudan a alcanzar el tamaño necesario en cada caso para poder competir. Sería bueno articular medidas para facilitar estos procesos.
¿La máquina herramienta vasca se ha especializado en máquinas a medida en detrimento de la producción en serie?
-Nos hemos especializado claramente en soluciones para sectores específicos y para piezas y procesos específicos, generalmente complejos y de alto compromiso dentro de esos sectores. Esto no significa que necesariamente siempre fabriquemos máquinas especiales. De hecho, nuestras soluciones tratan de ser modulares y escalables, huyendo de tener que inventar una máquina cada vez, ya que esto va en detrimento de factores como la fiabilidad. Creo que sinceramente, estar fuertemente posicionados en aplicaciones complejas y en algunos nichos es una fortaleza, y nos ayuda a salir de terrenos más vulnerables como los equipos sencillos y seriados.
El sector vasco de máquina herramienta ha aguantado el empleo pese a la caída de demanda.
-Todos los sectores industriales tenemos vocación de crear y cuidar empleo. En nuestro caso para construir máquinas, para fabricar sus componentes o herramientas, la clave son las personas. Somos más un sector de conocimiento que un sector manufacturero. Encerramos en nuestros equipos y en los procesos que se desarrollan con los mismos, el know how de la fabricación avanzada. Por lo tanto, está claro que para cuidar la industria es necesario cuidar también la máquina herramienta.