vitoria - Aernnova renuncia definitivamente a presentar un expediente de despido colectivo para su fábrica de Berantevilla. Los trabajadores y la compañía aceptaron el pasado jueves la propuesta de mediación del Gobierno Vasco para reducir la plantilla en 95 personas de forma “no traumática” antes de finales de 2017. De ellas, 25 serán recolocadas en otras fábricas del grupo en Araba.
El ajustado resultado de la votación -salió adelante gracias al apoyo del 52,7% de los trabajadores- refleja división en la planta alavesa. Sin embargo, incluso los que votaron en contra reconocen que se evita el “mal mayor”, una regulación de empleo que habría afectado a más empleados -se llegaron a plantear hasta 150 despidos - y con idemnizaciones económicas inferiores. La compañía considera que el acuerdo “garantiza el futuro de la planta” y agradeció ayer la mediación del Ejecutivo vasco, aun reconociendo que “no responde” a su plan industrial. Mientras que el presidente del comité de empresa admitió que el Ejecutivo ha logrado “en parte” mover a la dirección de “su intransigencia”.
El movimiento, con todo, ha sido menor de lo deseado por ELA. La mayoría del comite se mostró a favor del acuerdo, pero los delegados de ELA, que tiene la presidencia, se opusieron porque exigían que las bajas fueran voluntarias. Su rechazo ha sido clave en el aprobado “raspado” que ha obtenido la mediación, que además supone que los trabajadores aceptan un ERE de suspensión de empleo de 41 días este año y otro de menor duración, todavía por definir, para el próximo. También implica la renovación del convenio, con congelación salarial en 2016 y 2017 e incrementos del 0,9% para los otros tres años de vigencia.
En el paquete se incluye asimismo un incremento de jornada laboral y una reducción del 25% de la paga por objetivos para igualarla al salario mensual. A cambio, la compañía se compromete a invertir y llevar carga de trabajo a la planta alavesa de montaje de alas para aviones. Quedan por ajustar cuestiones como las indemnizaciones para los trabajadores que abandonen la empresa y los plazos para la salida de la empresa. Son aspectos que se abordarán a partir del próximo lunes, cuando se fijará un calendario de reuniones en un primer encuentro entre dirección y comité.
En principio se abrirá un programa de bajas voluntarias a repartir entre este año y el próximo. Además, existe la posibilidad de recolocar a 25 trabajadores en otras plantas de Araba, con lo que el ajuste de plantilla podría reducirse finalmente a 70 personas.
La dirección presentará una lista con nombres concretos si, una vez concluido el periodo de baja voluntaria, no ha cumplido el objetivo de reducir 95 salarios en Berantevilla. Y los candidatos forzosos que rechacen la baja incentivada quedarán al margen del compromiso de no tomar decisiones traumáticas. “Igual no les despiden al día siguiente, pero les podrán despedir cuando quieran”, criticó ayer el presidente del comité, Juan Carlos Gómez.
ela rechaza el plan “ELA quería un esfuerzo mayor por parte de la empresa, que no tuviéramos los trabajadores que asumir todo el esfuerzo, pero Aernnova se ha cerrado y no ha admitido que las bajas fueran voluntarias y no podíamos aceptar la propuesta en su conjunto”, explicó Gómez. El presidente del comité de Aernnova Berantevilla “agradeció” el papel del Gobierno Vasco, aunque lamentó que no haya sido posible mover a la dirección “hasta un punto intermedio”.
En una nota de prensa, la compañía aseguró que “la resolución del Gobierno Vasco abre un capítulo nuevo de colaboración entre la empresa y los trabajadores”. Aernnova agradeció el trabajo de Lakua durante las últimas semanas así como “la apuesta de los trabajadores por un marco de estabilidad para la empresa”.
Las relaciones entre el Ejecutivo y Aernnova entraron en fase crítica en octubre del año pasado, cuando al tiempo que planteaba los despidos en Berantevilla, el presidente de la compañía, Iñaki López Gandasegui, anunciaba la contratación de 150 trabajadores en una planta de Toledo. Gandasegui sugirió entonces que las ayudas de Castilla-La Mancha eran más atractivas que las de Euskadi y la consejera de Desarrollo Económico, Arantza Tapia, le afeó su “chantaje”. La presión social de los sindicatos y la de Gobierno Vasco obligaron en noviembre a Aernnova a aparcar el primer ERE con despidos -la reforma laboral le permitía presentarlo sin acuerdo con el comité- y a sentarse a negociar un nuevo expediente.
Ante la falta de avances y tan sólo dos días antes de que concluyera el plazo fijado por la empresa para alcanzar un acuerdo, los trabajadores solicitaron a mediados de marzo la mediación de Lakua. La resolución fue presentada a las partes el pasado 10 de mayo y se votó por primera vez la semana pasada, siendo rechazada por un solo voto. Aquella votación, en la que participaron 489 trabajadores, fue anulada tras detectarse tres papeletas de más en una urna.
El jueves, con una participación casi del 100% -516 de 529 empleados-, el resultado fue favorable al laudo que, a juicio de Aernnova, garantiza la estabilidad en Berantevilla al menos hasta 2020.