Gasteiz - Raúl Arza, que esta próxima semana será en principio reelegido como secretario general de UGT-Euskadi, recuerda en primer lugar que los trabajadores del sector del acero “han hecho todos los esfuerzos que se les han pedido” para mantener la competitividad. “En los últimos años han aumentado su jornada, han flexibilizado el tiempo de trabajo y han reducido sus salarios. Toda la responsabilidad es de ArcelorMittal, que es una multinacional sin corazón a la que no le importa el impacto social en la comarca”, critica.
“Nos tememos que en muchos casos estas son decisiones que ya estaban tomadas”, dice sobre el cierre que sobrevuela las fábricas de Sestao y de Zumarraga, que no son las únicas plantas del sector en apuros. Los ERE en Tubos Reunidos o la anunciada intención de la brasileña Gerdau de deshacerse de Sidenor son importantes advertencias. “La alternativa para Euskadi no puede ser convertirse en un país de servicios. Un país sin industria no tiene futuro”, indica Arza, que pide al Gobierno de Iñigo Urkullu y al resto de instituciones “que se impliquen” para aprovechar “todas las herramientas que tenemos”, como la fiscalidad o recurrir al apoyo económico de Kutxabank, para mantener las empresas.
“La decisión de vender las grandes acerías a multinacionales ha sido pan para hoy y hambre para mañana. Hace falta un gran acuerdo entre todos los agentes implicados, empresas, sindicatos e instituciones, para sacar adelante nuestro tejido industrial”, propone el líder de UGT en Euskadi. “Seguiremos insistiendo a las instituciones que tomen medidas rápidas contra el dumping, en el caso de Europa, y que se ponga en marcha ya el acuerdo entre el PNV y el Gobierno del PP para reducir los costes energéticos de las empresas”.
El líder ugetista considera que el documento de Confebask sobre unas nuevas relaciones laborales es “un postureo”. “El miedo que tenemos es que se plantee una empresa sin sindicatos”, señala. Y sobre la posibilidad de aumentar la transparencia, recuerda que “lo que nos ofrecen en esa propuesta es ya una obligación legal de las empresas que incumplen con claridad”. “El Estatuto de los Trabajadores recoge el deber de información al comité, eso no es una cosa graciable. La transparencia tendría que estar ya en el ADN de cualquier empresa”, censura Arza.
“Luego hay cosas que se plantean que no tienen nada que ver con la realidad. Se habla de estabilidad en el empleo pero aumenta la temporalidad y se deterioran los salarios. Si la patronal tiene interés en mejorar las relaciones laborales lo que tiene que hacer es firmar convenios”, reclama.
Sobre el papel de los sindicatos en el mercado laboral actual, Arza reconoce que “toda la sociedad, no solo los sindicatos, está en un momento difícil”. “Con una fuerte rotación y casi la mitad de los nuevos contratos de menos de un mes es más difícil penetrar en la empresa. Hay que decir a los trabajadores que no hay una salida individual a la crisis, que la salida tiene que ser colectiva”, afirma.
Arza, delegado sindical en Lanbide, opina también sobre las polémicas palabras del viceconsejero José Andrés Blasco, quien dijo que a sus hijos “ni se les pasa por la cabeza” acudir al Servicio Vasco de Empleo a buscar trabajo. “Son palabras desafortunadas para un organismo que sufre una carga de trabajo muy importante. Cerrada la polémica y reconocido el error, es hora de ponerse a trabajar para convertir Lanbide en un verdadero servicio de empleo público donde la formación, la orientación y la intermediación sean las patas centrales”, reclama.