GAsteiz - Su rival era considerado el candidato del aparato, pero Josep María Álvarez ha sido capaz de superar a Miguel Ángel Cilleros en la carrera por hacerse con el mando de UGT, que se ha resuelto por fotofinish. Álvarez venció por solo 17 votos (logró el apoyo del 51,1% de los delegados), un estrecho margen que refleja las reticencias que existen en el seno del sindicato sobre la cuestión catalana. El nuevo secretario general de UGT, hasta ahora líder de la organización en Catalunya, se había mostrado abiertamente a favor del derecho a decidir, una posición que a priori parecía una losa pero que finalmente no le ha impedido convertirse en el sucesor de Cándido Méndez.
El sindicato más longevo del Estado español -fue fundado en 1888-, segundo en afiliación -en 2013 ofreció una cifra de 1.169.000 afiliados aunque el número es ya inferior al millón-, pone fin a la era Méndez 22 años después de que el extremeño relevara a Nicolás Redondo Urbieta. La nueva cara de la central sindical es Josep María Álvarez, un asturiano a punto de cumplir 60 años que ha dirigido la UGT de Cataluña los últimos 26. Pese a su edad se presenta como un líder de renovación y apuesta por “transformar en profundidad” el sindicato, aunque “sin ruptura”. “UGT solo toma decisiones cuando está con el agua al cuello”, dijo ayer de madrugada apenas unas horas antes de que se conociese su elección por parte de los 600 delegados asistentes al 42 Congreso del sindicato.
Ha sido un cónclave tenso, según han reconocido a diversos medios algunos asistentes, con una votación muy dividida entre los dos candidatos que han llegado al final del proceso para sustituir a Méndez después de que el canario Gustavo Santana se quedase el viernes sin los avales necesarios. Han sido solo 17 los votos que han separado a los dos aspirantes, aunque el ganador se ha esforzado desde el primer momento por tender puentes con la lista contraria para alejar el fantasma de la fractura, algo que ha también ha intentado Cilleros. “La UGT sale reforzada”, dijo el perdedor.
El propio Méndez, que se había pronunciado a favor de Cilleros, remó en favor de la unidad mostrándose convencido de que su sucesor “hará lo correcto” al ser cuestionado por la posición política del nuevo secretario general en relación a Catalunya. Aunque Méndez no quiso ahondar en la herida, en las últimas semanas ha trascendido que hay sectores dentro del sindicato críticos con el pronunciamiento de Álvarez en favor del derecho a decidir, un elemento que a priori se erigía como el gran obstáculo que el asturiano debía salvar en el Congreso. Conseguido el objetivo, el veterano sindicalista evitó centrar ahí el discurso aunque sí lanzó un mensaje contundente a quienes se han opuesto a su candidatura. “Estoy orgulloso de que UGT sea la primera organización del Estado en la que la catalanofobia no funciona”, dijo. “Catalunya y España tienen que tender puentes y acordar. Hay que encontrar un encaje de Catalunya, y de España y de otros pueblos de España que quieran”.
nueva etapa Se abre una nueva etapa en el sindicato, o ese mensaje quiere transmitir la nueva dirección. Álvarez no tiene fácil recuperar la imagen de UGT tras los casos de corrupción en que se ha visto envuelta, en un contexto laboral adverso para el sindicalismo en general. Con un discurso más a la izquierda que el de su predecesor, el asturiano reclamó un comportamiento “honesto y transparente” al frente del sindicato y la inmediata derogación de la reforma laboral. Por primera vez en su historia UGT tendrá a una mujer de número dos, la riojana Cristina Antoñanzas.