madrid - El descenso del precio oficial del dinero en la eurozona hasta el cero por ciento aprobado por el Banco Central Europeo (BCE) favorece, en un primer momento y a corto plazo, a los países más endeudados como España porque tendrá que pagar menos dinero por los intereses de la deuda con lo que quedará más fondos en los Presupuestos Generales del Estado (PGE) para otras partidas que inciden en la vida de los ciudadanos. Y no estamos hablando de cifras menores, el pasado año, España pagó sólo en intereses de la deuda pública, deuda que supera el billón de euros, unos 35.000 millones de euros, tres veces el presupuesto de la CAV y casi diez veces el de Navarra.

Para hacerse una idea de la importancia de la cifra, los intereses de deuda representan la tercera mayor partida de los PGE 2016. Si se suma, por ejemplo, lo destinado a prestaciones por desempleo y políticas activas de empleo (25.034 millones), el presupuesto completo de los Ministerios de Sanidad (4.001 millones) y Educación (2.483 millones), competencias transferidas a las CC.AA., todavía sumarían unos 2.000 millones menos que los 33.490 millones de euros que están presupuestados este año para abonar intereses de la deuda española.

Y todo ello no va a más gracias a que la decisión del BCE ya ha conseguido que la prima de riesgo española baje y se coloque en 121 puntos básicos, cuando en febrero alcanzó los 170 puntos, con la rentabilidad del bono a diez años en el 1,483%.

Con el rendimiento de los depósitos bancarios en mínimos, lo que no es una buena noticia para los ahorradores que ven que su dinero vale muy poco, los otros ganadores iniciales de la rebaja del BCE son los inversores en Bolsa. El inversor que quiera un rendimiento por su dinero tiene que dejar los depósitos bancarios y la deuda fija y arriesgarse en la renta variable. Así, ayer la Bolsa española subió un 3,7%, el mayor alza del año, hasta situar el Ibex-35 en la cota de los 9.070 puntos.

Las propuestas de Mario Draghi propiciarán una devaluación del euro frente al dólar, ayer la divisa europea se cambiaba por 1,12 billetes verdes norteamericanos, algo que en principio favorece a las empresas del Estado, como las vascas, que exportan fuera de la Unión Europea.

El recorte de tipos oficiales y la barata financiación que ofrece el BCE a los bancos que precisan fondos para prestar hace que el Euríbor, índice al que están referenciadas la mayoría de los créditos hipotecarios en España, siga en negativo para alegría de muchos compradores de pisos que formalizaron su adquisición con préstamos bancarios con garantía hipotecaria a tipos de interés variables, muchos de ellos a tasas del citado euríbor más 0,5 o más 1 punto. Ello hace que numerosos consumidores paguen, si tienen la revisión de tipos en estas fechas, el piso a tasas del 0,5% porque, además, los tribunales de justicia están declarando ilegales las denominadas cláusulas suelo que habían puesto las entidades financieras en los contratos del crédito para evitar que el interés mínimo a pagar por el cliente bajase del 2 o 3%, independientemente de la evolución del referido euríbor. Ayer, la tasa mensual del índice se situó en el -0,023%. Este valor de Euríbor supone una bajada de 0,235 puntos respecto al marcado en marzo del año pasado.

Así, por ejemplo, una hipoteca media de 120.000 euros a 20 años y Euríbor +1 a las que le toque revisión tendrán una rebaja en su cuota anual de 151,8 euros o, lo que es lo mismo, 12,65 euros al mes.

El presidente de la Asociación Hipotecaria Española (AHE), Santos González, piensa que la rebaja de los tipos de interés al 0% “perpetuará” durante meses la entrada en negativo del Euríbor después de cerrar el mes de febrero por primera vez en el -0,008%.

Las comisiones de la banca El sector financiero, con estos tipos de interés tan bajos, tiene problemas para ganar dinero por lo que autónomos y consumidores temen que los bancos quieran incrementar sus ingresos por la vía de cobrar más comisiones por los servicios que ya prestan.

En todo caso, la intervención del BCE evita que la eurozona entre en una situación de “deflación permanente” , al menos eso ha afirmado el vicepresidente de la institución, Vítor Constancio, en un artículo de opinión, donde advierte del peligro de menospreciar la capacidad de la política monetaria ante la falta de respuesta mediante políticas fiscales y reformas estructurales en Europa.

“Para normalizar la inflación en la zona del euro necesitamos urgentemente un mayor crecimiento que pueda reducir las brechas negativas de producción y desempleo, aplicando todas las políticas realmente disponibles”, señala Constancio.

Pero la reacción más rotunda a las medidas del BCE tal vez sea la del presidente del BBVA, Francisco González, que señaló ayer en la junta de accionistas que “bajar más los tipos no parece la solución”, ya que se precisan reformas estructurales. Señaló que existe un grado creciente de incertidumbre en el mundo porque “estamos entrando en un terreno desconocido, con muy bajos tipos de interés y muy baja inflación” y donde el “impacto de la tecnología” generará ganadores y perdedores.