GASTEIZ - El futuro de la fábrica de Aernnova en Berantevilla se complica todavía más al entrar en escena un ERE de suspensión que se aplicaría de forma inminente y hasta finales de 2016, informaron los sindicatos tras reunirse con la dirección. El grupo aeronáutico añade un nuevo ingrediente al proceso de ajuste que se está negociando estos días y que desembocará en la salida de 145 trabajadores y una rebaja salarial que, según el comité, rondaría el 10%. La intención de la empresa es tener lista la reestructuración de plantilla y el nuevo convenio para el día 18, fecha para la que quiere tener cerrado también un acuerdo sobre este nuevo expediente temporal.
El movimiento de la empresa viene a enrarecer más si cabe el ambiente en la fábrica alavesa después de una serie de episodios polémicos que han encendido las alarmas en la plantilla. A finales del pasado año la empresa presentó 133 despidos en Berantevilla, que retiró días después tras la oleada de críticas recibidas a nivel sindical, social e institucional. Se produjo la circunstancia de que, a la vez que anunciaba aquellos despidos en Araba, la firma aeronáutica ponía en marcha nuevas inversiones en Toledo, lo que terminó de desatar las críticas de las instituciones de la CAV con el Gobierno Vasco a la cabeza.
Tras aquel paso atrás, Aernnova ha manifestado en más de una ocasión su intención de mantener la actividad en el municipio alavés, aunque con un importante ajuste de la capacidad productiva. Plantea 145 salidas, una cuarta parte de la plantilla, sumando prejubilaciones, bajas incentivadas y recolocaciones, que se harían efectivas a partir del próximo día 18. Además, empresa y sindicatos negocian cambios en el convenio que implicarían incrementar la jornada y fijar un modelo de retribución variable que, según las centrales, supondría una bajada media del 10%.
A cambio, la multinacional se compromete a no hacer despidos traumáticos hasta 2020 y garantiza más carga de trabajo durante los próximos años, hasta 320.000 horas de montaje en cuatro ejercicios. En las últimas semanas dirección y comité han mantenido reuniones para llegar a un acuerdo sobre las condiciones de las salidas y sobre el convenio, aunque de momento sin grandes acercamientos. El comité asegura que “a todas nuestras propuestas” la empresa ha dado “un no rotundo” y denuncia que Aernnova “no quiere negociar”.
Para añadir más leña al fuego, en el encuentro de esta semana se añade un nuevo elemento de fricción, un ERE temporal para hacer frente a la falta de carga de trabajo que se prolongaría de momento de aquí a final de año. La decisión de la compañía que dirige Iñaki López Gandásegui es firme, según indicó a este periódico ayer el presidente del comité, Juan Carlos Gómez, ya que se ha comunicado a los sindicatos el interés en cerrar las condiciones del expediente temporal antes del día 18 junto al resto de ajustes.
A partir de esa fecha se abriría un periodo de consultas formal que duraría unos días pero, con acuerdo, podría iniciarse la suspensión ya a finales de marzo o a comienzos de abril. Sobre la afección que tendrá el expediente, la empresa ha dado la cifra de 50 días por trabajador, unos dos meses, si bien las condiciones definitivas dependen del proceso negociador y de cómo termine la reestructuración de plantilla. Fuentes de la empresa no confirmaron la información facilitada por el comité y se limitaron a explicar que el proceso negociador sigue su curso y que la propuesta oficial de ajuste no ha variado.
La cuestión de fondo es si hay una voluntad real de mantener la actividad en Berantevilla, dice Juan Carlos Gómez, que avisa de que este expediente complica una más las negociaciones y, a falta de tratar el asunto con los trabajadores, censura que la empresa “no nos da información” ni sobre la situación económica ni sobre los planes productivos para los próximos años. Gómez critica la falta de concreción por parte de la dirección respecto a los planes para 2017 ya que, según indica, tampoco se ha cerrado la puerta a prolongar el ERE temporal el año que viene.