Madrid - La Audiencia Nacional condenó ayer al expresidente de Caja Castilla-La Mancha Juan Pedro Hernández Moltó y al ex director general de la entidad Ildefonso Ortega a dos años de cárcel y una multa de 29.970 euros a cada uno por falsear las cuentas de la caja.
El juez central de lo penal, José María Vázquez Honrubia, considera en la sentencia publicada ayer que ambos son culpables de un delito de falsedad contable con el que encubrieron las pérdidas millonarias de la entidad en 2008. Y aunque reconoce que alteraron la cuenta de resultados de la entidad para que reflejara beneficios inexistentes, los absuelve del delito de administración fraudulenta.
En concreto, el juez señala que ambos “utilizaron un ardid contable” para tapar “unas pérdidas que se podrían denominar galopantes” relativas a valores cotizados. No obstante, considera que no existe “la certeza” de que el vaciamiento de la caja se debiera a una “acción voluntariamente intencional” de los acusados.
Lo que resulta claro para el juez es que ambos acusados son coautores, puesto que realizaron todo “conjuntamente y de mutuo acuerdo”. Aunque no hay duda de que fue Ortega quien configuró el artificio contable, ello no exime de responsabilidad a Hernández Moltó, quien asumió dicho artificio en su condición de presidente y representante de la caja, según la fuente.
La sentencia destaca que tanto Hernández Moltó como Ortega sabían que el Banco de España consideraba la entidad “no viable”, por lo que todo el “calendario” fijado por ambos para la gestión de la caja carecía de sentido. Y así, señala la sentencia, se hizo constar el 31 de diciembre de 2008 que la entidad tenía ganancias, cuando su situación financiera era tan crítica que tuvo que ser intervenida tres meses después. En opinión el juez, las cuentas eran falsas “al no haber existido jamás un beneficio de 93 millones de euros”. - Efe