BILBAO - Elkargi y Oinarri han estrechado los últimos meses su colaboración y han constatado que juntos tienen más recorrido que por separado. Siempre ha existido una relación fluida que en ocasiones les ha permitido compartir riesgos a la hora de avalar créditos a pymes, pero desde finales del año pasado han establecido mecanismos que les permiten abaratar costes de gestión. Los éxitos de esa dinámica son tan evidentes que la integración de las dos sociedades de garantía recíproca vascas se percibe como algo inevitable e incluso podría materializarse los próximos meses.
Todavía no se habla de ello abiertamente en las reuniones que mantienen las direcciones cada vez con mayor asiduidad. Sin embargo, el diagnóstico compartido sobre los beneficios de una fusión está sobre la mesa y desde dentro se percibe ese paso como una cuestión de tiempo. “Del roce nace el amor y esta historia puede acabar en boda”, reconocen fuentes de las compañías.
A día de hoy la operación está verde. En principio, no se esperan movimientos a medio plazo y “no hay prisa” porque los resultados de ambas SGR son buenos. Con todo, hay dos fechas marcadas en el calendario que podrían ser claves en la puesta en marcha de la operación.
citas clave en abril Elkargi celebra su junta general el 20 de abril y Oinarri, que cumple 20 años, lo hará siete días después. Ambas citas servirán para explicar de puertas adentro los pasos dados hasta ahora y las ventajas de una integración de las estructuras. Crece la sensación de que las asambleas de este año pueden ser las últimas en solitario y la próxima, ya conjunta, podría ser la que vista de largo la nueva entidad.
El detonante del proceso fue el cambio normativo que obligó a finales del año pasado a modificar los estatutos de las Sociedades de Garantía Recíproca de todo el Estado. También fue necesario activar nuevos mecanismos para reforzar el control de los riesgos en los avales y definir las responsabilidades del consejo de administración en caso de delitos cometidos por empleados de las entidades.
En general, todas las SGR del Estado sumaron fuerzas para conseguir rebajar los gastos de administración y en abogados que conllevó la adaptación estatutaria. Y en el caso concreto de Oinarri y Elkargi se compartieron los costes y se lograron ofertas más baratas que por separado. De ahí surgió un debate en torno a “dónde podíamos ahorrar más” y se abrió la puerta a buscar otras “oportunidades de trabajo compartido”, explican desde las SGR vascas.
“Ya nos conocíamos, pero nos estamos conociendo mucho mejor. Estamos viendo que hay mucho margen de colaboración y, si somos capaces de llegar a acuerdos puntuales en nuestra actividad, ¿por qué no vamos a conseguir entendernos y llegar a unirnos?”, añaden.
actividad conjunta Hasta ahora, la colaboración ha dado muy buenos frutos en la negociación con la administración de las operaciones de reafianzamiento, el apoyo del Gobierno Vasco y la agencia estatal Cersa en la actividad avalista de las sociedades de garantía recíproca. Negociar juntos está facilitando que se materialicen las operaciones y con un riesgo menor para cada uno de los agentes implicados.
También se ha normalizado la participación conjunta como avalistas de Elkargi y Oinarri en la financiación de proyectos de pymes. Siempre ha habido actuaciones compartidas por la propia inercia del mercado, pero ahora son las sociedades de garantía las que se lo plantean al cliente directamente, no son fruto de la casualidad, de desarrollar su actividad en el mismo terreno de juego.
A medida que se materializan las operaciones, los responsables de ambas compañías ven cada vez más motivos para una fusión. “Estamos gastando el doble en muchas cuestiones”, argumentan.
Más allá del ahorro de costes, Elkargi y Oinarri son además complementarias por la tipología de empresas a las que orientan su actividad. Oinarri está muy volcada con la economía social -cooperativas y sociedades laborales- y con los autónomos, mientras que Elkargi, gracias a su mayor tamaño, tiene más músculo para avalar a pymes de tamaño medio.
Aunque su oferta está abierta a compañías cortadas por otros patrones, la líneas de negocio de ambas están muy delimitadas y encajarían a la perfección en una alianza.
El Gobierno Vasco vería con buenos ojos la fusión por el enorme potencial avalista de la empresa resultante y el español ha endurecido los requisitos de capital disponible para forzar una dinámica de integraciones. A día de hoy, solo hay una sociedad de garantía recíproca en cada comunidad autónoma. Las excepciones son Euskadi, Galicia y Andalucía, que por su extensión permite que dos SGR se repartan geográficamente la tarta. El último movimiento de concentración se produjo el año pasado cuando las dos compañías canarias se fusionaron al calor de las nuevas exigencias pese a las reticencias políticas en las islas.
190,7
millones de euros. Elkargi formalizó en 2014 -último ejercicio cerrado- avales por casi 200 millones de euros, con un incremento de cerca de un 8%. Es el líder del Estado y en sus 35 años de vida ha participado en 100.000 operaciones de financiación de pymes.
61,1
millones de euros. Oinarri es la sexta sociedad de garantía recíproca del Estado y concedió en 2014 avales por valor de 61 millones. Su principal campo de actuación es el mundo de la cooperativa y los autónomos y por ello sus volumenes son menores que los de Elkargi.