PARíS - El crecimiento económico mundial en el presente año 2016 se estancará en torno al 3%, tres décimas menos de lo anunciado en noviembre, con una ralentización en muchos países emergentes -Brasil reconoce una caída del 4% en el PIB de 2015- y una modesta recuperación en los avanzados, al tiempo que caen los precios de las materias primas, se reduce el comercio internacional, bajan los salarios y los precios, en una coyuntura global de inestabilidad financiera.
Esta es la principal conclusión que se desprende de la revisión intermedia del informe semestral de Perspectivas de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico, y que lleva a la OCDE, la asociación que agrupa a la treintena de las economías más avanzadas del planeta, a pedir una respuesta colectiva para “fortalecer la demanda” porque “las políticas monetarias por sí solas” no funcionarán.
La OCDE también recomienda revitalizar las reformas estructurales, que a ojos de la organización pasan por un momento de relajación, y por alejarse de las políticas fiscales contractivas presentes en la mayoría de las economías avanzadas, con reducciones del gasto público y/o aumento de la presión fiscal.
“Las recetas varían según el país, especialmente cuando se refieren a las políticas estructurales”, precisó la OCDE, que estima que el crecimiento del PIB global en 2016 avanzará un 3%, igual que en 2015 y tres décimas menos que en sus estimaciones de noviembre. La UE crecerá el 1,4% menos que el 1,5% de 2015.
Para 2017, la organización vuelve a recortar tres décimas la expansión económica de todo el planeta y deja el avance esperado del PIB en un 3,3%: “La rebaja en las previsiones es generalizada y refleja un amplio abanico de datos decepcionantes”. - Efe